Washington pierde la «batalla de los documentos» mientras funcionarios instalan WPS Office
China continúa manteniendo la senda hacia la independencia tecnológica, y en esta ocasión la señal no vino de los fabricantes de microchips, sino de los funcionarios. El Ministerio de Comercio de la República Popular China publicó por primera vez documentos oficiales que no pueden abrirse con Microsoft Word. Todos los materiales se publicaron exclusivamente en un formato compatible con el paquete ofimático chino WPS Office, desarrollado por la empresa pekinesa Kingsoft.
Ese modo de publicación coincidió en el tiempo con una nueva escalada de tensión entre Pekín y Washington. La semana pasada China anunció la ampliación del control de exportaciones sobre los elementos de tierras raras —materiales de importancia estratégica sin los cuales es imposible fabricar componentes electrónicos, armamento y sistemas de comunicaciones—. Washington interpretó la medida como otro golpe a la cadena tecnológica de Estados Unidos, y el presidente Donald Trump respondió amenazando con restringir la exportación «de todas las soluciones de software críticamente importantes» desde Estados Unidos.
Antes, el ministerio distribuía tradicionalmente los documentos oficiales en el formato Microsoft Word, lo que los hacía fácilmente accesibles para empresas internacionales y medios extranjeros. Ahora los archivos publicados en WPS usan una estructura de codificación distinta y no se abren en Word sin una conversión previa. En la práctica, esto significa que las publicaciones oficiales de los órganos de gobierno chinos quedaron totalmente ligadas al software nacional.
La decisión de pasarse a WPS Office es percibida por los analistas como otro paso en la estrategia de «soberanía tecnológica», en la que China busca liberarse de la dependencia de productos informáticos estadounidenses. En los últimos años Pekín ha impulsado activamente sus propios sistemas operativos, aplicaciones ofimáticas y plataformas en la nube, desplazando gradualmente el software extranjero del uso interno. La novedad en el flujo documental puede verse como una demostración de la disposición del país a no solo proteger su mercado, sino también a formar sus propios estándares de interacción en el espacio digital.
Esta medida también aumenta la presión sobre los socios extranjeros, obligándolos a adaptarse a los formatos chinos si quieren trabajar con la documentación oficial y los actos regulatorios. Al mismo tiempo, WPS Office lleva tiempo posicionándose como una alternativa a Microsoft Office en las estructuras estatales, y el uso exclusivo de software nacional cada vez se considera más como un elemento de la soberanía digital y la ciberseguridad.
El paso del Ministerio de Comercio a WPS se convirtió en un momento simbólico en la confrontación tecnológica entre las dos potencias. Si antes la guerra comercial se desplegaba en torno a los semiconductores, la inteligencia artificial y los metales de tierras raras, ahora alcanzó la misma base de la comunicación digital: el formato de documentos a través del cual los países intercambian información.