Un mensaje del tipo "revise la configuración del servidor proxy" suele aparecer en el momento más inoportuno: el navegador no carga sitios, los mensajeros no responden, y en la cabeza queda una sola pregunta — ¿qué se ha roto? Además, los parámetros están escondidos profundamente en los menús del sistema, y las expresiones sobre "configuración de red" y "configuración de internet" solo aumentan la confusión.
En unas instrucciones proponen abrir la configuración de red del servidor proxy y escribir la dirección manualmente, en otras remiten a los parámetros de internet y aconsejan activar un script automático. A eso se suma que cada navegador parece tener sus propios interruptores. Al final da la sensación de que el proxy vive en una realidad paralela, cuando en realidad es una herramienta de red habitual.
A continuación analizaremos cómo se integra el proxy en la cadena de conexión, en qué se diferencian los parámetros del sistema y los de las aplicaciones, y dónde buscar el apartado correspondiente en Windows, macOS y las distribuciones de Linux más populares. También explicaremos cómo funcionan los scripts PAC y por qué a veces basta corregir un único elemento para que internet vuelva a funcionar.
Qué es un servidor proxy y cómo encaja en el esquema de conexión
El esquema clásico de acceso a un sitio es sencillo: la aplicación envía la solicitud directamente al servidor, recibe la respuesta y muestra el resultado. Servidor proxy añade a esa cadena un eslabón intermedio: el tráfico primero va al proxy y luego al recurso final. Para el usuario esto pasa casi desapercibido, pero para la infraestructura de red se abren muchas posibilidades adicionales.
El proxy puede sustituir la dirección de origen, filtrar solicitudes, almacenar en caché datos de uso frecuente, gestionar el acceso a recursos internos de una empresa e incluso enviar parte del tráfico por otra ruta de forma transparente. De ahí surgen distintos tipos de soluciones: los clásicos proxy HTTP y HTTPS para tráfico web, nodos SOCKS para protocolos arbitrarios, pasarelas corporativas y esquemas transparentes en los que el cliente formalmente no conoce ningún intermediario.
Otro elemento importante de este panorama son los scripts PAC, es decir Proxy Auto Config. Se trata de un archivo JavaScript en el que se describe la lógica de selección de ruta: qué dominios van directos, qué direcciones atiende cada nodo y qué rangos pertenecen a la red local. El sistema operativo o el navegador descarga periódicamente ese archivo y, según sus reglas, decide adónde enviar la solicitud. En redes corporativas, este es uno de los métodos básicos para automatizar la configuración de internet a través de proxy.
Conviene explicar por separado la diferencia entre parámetros del sistema y configuraciones dentro de las aplicaciones. En Windows, macOS y la mayoría de entornos Linux existe un bloque único donde se establecen parámetros generales para todo el entorno. Los navegadores y otros programas, por defecto, obedecen esos valores. Algunas aplicaciones tienen sus propios ajustes de proxy, que pueden heredar los valores del sistema o ignorarlos por completo. Por eso a veces hay que mirar en dos sitios: primero en el panel del sistema y luego en la aplicación concreta.
Cuando se habla de la configuración del servidor proxy, hay que entender una idea sencilla. Siempre se trabaja con el mismo conjunto de parámetros: dirección, puerto, tipo de protocolo, y, si hace falta, usuario y contraseña, además del modo de funcionamiento. Lo que cambia entre plataformas son las interfaces alrededor de esto; por eso a continuación es más lógico recorrer cada sistema por separado.
Dónde buscar la configuración de proxy en Windows y en qué se diferencian "Red" e "Internet"
En las versiones actuales de Windows el acceso principal a la configuración del proxy está en la aplicación "Configuración". En Windows 10 y 11 la ruta es la misma: "Todos los parámetros" — sección "Red e Internet" — elemento "Proxy". Aquí están reunidas las variantes básicas de configuración: detección automática, script PAC y la introducción manual de la dirección del nodo y el puerto. Es a este apartado al que suelen referirse los mensajes del sistema cuando indican que hay que revisar la configuración de internet a través de proxy.
En el bloque de configuración automática se puede activar la opción de detección automática, que usa el mecanismo WPAD para buscar la configuración en la red. Más abajo suele estar el interruptor para usar el script de configuración, donde se especifica la dirección del archivo PAC. Ese archivo puede residir en un servidor interno de la empresa o en cualquier otro recurso al que el sistema tenga acceso. En entornos corporativos, este esquema es útil porque permite cambiar de forma centralizada las reglas de enrutamiento del tráfico.
En la sección de configuración manual el usuario introduce la dirección y el puerto del nodo a través del cual se enviará el tráfico HTTP y, en ocasiones, el HTTPS. Adicionalmente, el sistema ofrece excluir las direcciones locales del tratamiento por ese canal, para que las peticiones a recursos internos dentro de la red doméstica u oficina vayan directamente. En la práctica es aquí donde con más frecuencia se introducen los datos si el proveedor o el administrador ha facilitado parámetros concretos de conexión.
La confusión histórica con las expresiones "configuración de red proxy" y "configuración de internet proxy" surgió porque en Windows todavía coexisten dos interfaces. La primera es la página moderna "Proxy" en la aplicación "Configuración". La segunda es el diálogo "Propiedades del navegador" en el Panel de control clásico, donde en la pestaña "Conexiones" hay un botón "Configuración de red". Este bloque está orientado a WinINET y lo usa Internet Explorer, componentes antiguos y, en ocasiones, programas de terceros. En los sistemas nuevos ambos mecanismos funcionan, en esencia, sobre los mismos parámetros de bajo nivel, pero la confusión en los nombres de los apartados pervive en las guías.
Para quienes prefieren la línea de comandos, en Windows existe un conjunto de comandos para trabajar con el proxy del sistema a nivel de WinHTTP. Por ejemplo, se pueden importar parámetros desde el perfil actual del navegador o restablecerlos a acceso directo:
netsh winhttp import proxy source=ie
netsh winhttp show proxy
netsh winhttp reset proxy
Estos comandos no sustituyen a la interfaz gráfica, pero ayudan a comprobar rápidamente qué ajustes de servidor proxy están configurados para los servicios del sistema y, si es necesario, volver al acceso directo sin navegar por menús.
El proxy en macOS y Linux: dónde se ocultan las configuraciones del sistema
En macOS todos los parámetros de conexión a un nodo externo están ligados a un perfil de red concreto. El proceso siempre empieza igual: abrir Preferencias del Sistema, ir al apartado de Red y seleccionar la interfaz activa, ya sea Wi‑Fi o conexión por cable. Dentro de sus parámetros hay un botón para acceder a las opciones avanzadas, y allí una pestaña dedicada a los proxies. Esa ruta puede parecer larga, pero en la lógica de Apple forma parte del modelo unificado de trabajo con perfiles.
En la página de parámetros, macOS permite activar la detección automática de ajustes, indicar la dirección del archivo PAC o configurar manualmente servidores separados para HTTP, HTTPS, FTP y SOCKS. Si hace falta, para cada vía se pueden especificar credenciales de autenticación. Todo esto aplica al perfil de red seleccionado, por lo que al cambiar entre distintas redes es práctico disponer de conjuntos de ajustes separados y alternar entre ellos con un solo botón. En términos simples, el sistema permite crear un "conjunto de conexiones" para cada escenario.
La mayoría de las aplicaciones modernas en macOS usan por defecto los parámetros de conexión compartidos, incluidos navegadores y clientes de correo. Sin embargo, algunas aplicaciones multiplataforma tienen un bloque propio de configuración de proxy dentro de ellas. En ese caso conviene comprobar si ese valor interno anula el perfil del sistema. Esto afecta especialmente a aplicaciones que saben trabajar vía SOCKS y, por su lógica, evitan las herramientas estándar del sistema operativo.
En el mundo Linux el panorama es algo más diverso, pero en los entornos gráficos populares el principio es similar. En GNOME la sección de parámetros de red suele incluir un apartado "Proxy de red" o algo equivalente. Dentro están disponibles las opciones "Sin proxy", modo manual y configuración automática mediante script. Al elegir el modo manual, el usuario completa la dirección y el puerto para HTTP, HTTPS, FTP y, si procede, SOCKS. Esto afecta a las aplicaciones que pueden leer la configuración del entorno de escritorio, por lo que para una estación de trabajo típica suele ser suficiente.
Paralelamente, en Linux es habitual usar variables de entorno para configurar el proxy en utilidades de consola y servicios en segundo plano. Un ejemplo clásico es:
export http_proxy="http://user:password@proxy.example.local:3128"
export https_proxy="http://user:password@proxy.example.local:3128"
export no_proxy="localhost,127.0.0.1,10.0.0.0/8"
Estas variables se pueden definir en el perfil de un usuario concreto o colocar en archivos del sistema para que los parámetros se apliquen de forma global. Algunos gestores de paquetes tienen sus propios archivos de configuración y directivas para trabajar vía proxy, así que si no hay acceso a los repositorios conviene revisarlos también. En la práctica, a menudo se combinan ambos enfoques: variables del sistema más una interfaz gráfica que ayuda a gestionar el comportamiento de las aplicaciones de usuario.
En cualquier caso, el algoritmo general es uno. Primero hay que averiguar si en su infraestructura existe un script PAC centralizado o WPAD que distribuye la configuración automáticamente. Si existe, la tarea principal es indicar correctamente su dirección o activar la detección automática. Si no hay tal script, en todas las plataformas el camino es parecido: localizar el apartado de configuración de red, encontrar el bloque de parámetros del servidor intermedio y editar con cuidado la dirección, el puerto y, si procede, las credenciales según lo facilitado por el administrador o el proveedor.