30 centavos por minuto de vida: personas comienzan a venderse a la IA sin salir de casa

En la segunda posición del ranking de aplicaciones de redes sociales del App Store en EE. UU. apareció una aplicación inesperada — Neon Mobile, que ofrece a los usuarios ganar dinero grabando sus conversaciones telefónicas y vendiendo esos datos posteriormente a empresas que trabajan con inteligencia artificial. La aplicación promete ingresos de cientos o incluso miles de dólares al año, pagando 30 céntimos por cada minuto de conversación con otro usuario de Neon y hasta 30 dólares al día por llamadas a otros. También hay bonificaciones por invitaciones.

El ascenso en popularidad fue rápido: aún el 18 de septiembre Neon ocupaba el puesto 476 en la categoría, pero ya una semana después entró en el top 10, y a la mañana del 24 de septiembre se convirtió en la séptima entre todas las aplicaciones y juegos, alcanzando por la noche el segundo lugar entre los servicios sociales gratuitos.

En las reglas de uso se indica que la aplicación puede capturar tanto llamadas entrantes como salientes, y que desde el punto de vista técnico supuestamente solo se graba su lado de la conversación si el interlocutor no usa Neon. Sin embargo, los abogados advierten que una formulación así puede implicar que la llamada completa se graba y luego simplemente se descarta la otra parte. Esto permite eludir las leyes de interceptación, que en algunos estados de EE. UU. exigen el consentimiento de ambos participantes de la conversación.

Y aunque Neon afirma que elimina nombres, teléfonos y correos electrónicos antes de transferir las grabaciones a compañías de IA, en los términos de uso aparece una autorización extremadamente amplia e irrevocable para cualquier acción con los datos de los usuarios. La aplicación obtiene el derecho exclusivo, indefinido y transferible de vender, almacenar, reproducir, mostrar públicamente, modificar y crear obras derivadas a partir de las grabaciones. En otras palabras, la empresa puede hacer prácticamente todo con sus voces, incluida la reventa en cadena.

Los expertos señalan que ese acceso a la voz y al número de teléfono da a posibles atacantes la capacidad de crear llamadas falsas o sintetizar la voz para estafas. Neon no revela a quién vende exactamente las grabaciones ni cómo se usan. Incluso si la propia empresa actúa de buena fe, nadie está a salvo de filtraciones o abusos por parte de sus socios. Es notable que durante la llamada la aplicación no muestre ningún indicio de grabación, ni avise al interlocutor. Desde el punto de vista técnico se comporta como una aplicación VoIP convencional con suplantación del identificador de llamadas (Caller ID).

El fundador de Neon — un tal Alex Kiam —, que según documentos, trabaja desde un apartamento en Nueva York. En una de sus publicaciones en LinkedIn mencionó inversiones de Upfront Ventures, pero el propio inversor no hizo comentarios públicos.

La aparición de un servicio así y su rápido éxito son signo de un cambio en la percepción de la privacidad en la era de la IA. Si en 2019 Facebook recibió una oleada de críticas por la instalación de una aplicación espía en adolescentes, ahora acciones similares generan menos indignación, especialmente si el usuario acepta vender su privacidad por unas monedas.

Los abogados subrayan que no solo aumenta la amenaza a la seguridad personal, sino también los riesgos para todos los que se comunican con usuarios de servicios semejantes. Porque en segundo plano puede grabarse no solo su voz, sino la de otros, sin consentimiento. Esto es especialmente preocupante ante la tendencia de que la IA ya participa habitualmente en videollamadas, transcribe reuniones y analiza datos de voz. La tendencia podría indicar una nueva norma: si de todos modos te vigilan, ¿por qué no ganar dinero con ello? La respuesta, advierten los abogados, puede salir mucho más cara que esos 30 céntimos por minuto.