Ver fútbol y acabar en la cárcel: Dinamarca decidió que las VPN son demasiado sospechosas.

Ver fútbol y acabar en la cárcel: Dinamarca decidió que las VPN son demasiado sospechosas.

Dinamarca quiere impedir que las VPN eludan bloqueos para combatir la piratería.

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El gobierno de Dinamarca ha puesto a consulta pública enmiendas a las leyes sobre derechos de autor y radiodifusión que deberían complicar el acceso a servicios de streaming pirata y, al mismo tiempo, limitar el uso de VPN para escenarios "ordinarios" de elusión de bloqueos. En su forma actual, el proyecto está redactado de manera amplia: podría prohibirse el uso de VPN para acceder a sitios que estén bloqueados o reconocidos como ilegales en el país, así como para ver contenido mediático que de otro modo no esté disponible en Dinamarca debido a restricciones regionales.

En documento con las propuestas no se especifica cómo exactamente el Estado planea implementar esas restricciones en la práctica. Sí se subraya que la norma debe ser "tecnológicamente neutral" y estar diseñada para cambios futuros: las formulaciones se han dejado intencionadamente lo suficientemente vagas como para abarcar, si fuera necesario, otros métodos de elusión que puedan surgir más adelante.

Los autores de la iniciativa explican que las reglas vigentes se crearon para otra era de la piratería y se centraban en "decodificadores ilegales" y equipos para descifrar señales. Según su lógica, "decodificadores y tarjetas piratas" han quedado obsoletos, por lo que la legislación debe actualizarse para adaptarse a los esquemas actuales, incluidos servicios IPTV ilegales y "uso ilegal de conexiones VPN", y al mismo tiempo ser útil en un paisaje tecnológico que cambia con rapidez.

En ese contexto se destaca por separado que el uso de VPN para acceder a contenido bloqueado por motivos geográficos, en muchos países, por sí solo, normalmente no constituye un delito, aunque suele vulnerar las normas de una plataforma concreta. Como ejemplo se cita Netflix: ver la biblioteca estadounidense desde otro país mediante una VPN generalmente no se considera ilegal, pero contradice los términos del servicio.

El debate sobre las VPN en Europa ya está encendido. En el Reino Unido, según el artículo, tras la entrada en vigor de la Online Safety Act aumentó la demanda de VPN. Al mismo tiempo, pese a las conversaciones sobre una posible prohibición, políticos británicos han declarado que no planean criminalizar las VPN, reconociendo sus usos legítimos y útiles, y representantes de la industria han señalado que las "lagunas" en las restricciones no se deben únicamente a la disponibilidad de VPN.

En el caso danés, los críticos también insisten en que el problema reside más en los propios mecanismos de las plataformas y en las diferencias entre jurisdicciones: según varios expertos, la VPN es solo una herramienta, y cerrar una vía a menudo conduce a la aparición de otra. Desde esta perspectiva, la responsabilidad debería recaer en los servicios, que tendrían que verificar la ubicación de los usuarios con más fiabilidad, y no en leyes que restringen medios legales de privacidad.

Aunque no se trata de una prohibición total de las VPN, el intento de "apuntarlas" y al mismo tiempo dejar margen para tecnologías futuras provocó un marcado rechazo. En el artículo se ofrece además una interpretación más severa: esta política puede entenderse como una limitación de libertades por la incapacidad de erradicar eficazmente sitios pirata en jurisdicciones inalcanzables. Se menciona la postura de activistas por la privacidad, incluida la organización Electronic Frontier Foundation: su representante, Paige Collings, compara estas iniciativas con la censura y califica las posibles prohibiciones de VPN para eludir mecanismos de verificación de edad como "un intento alarmante de control autoritario sobre el acceso a la información".

El ministro de Cultura de Dinamarca, Jakob Engel-Schmidt, por su parte, rechazó los informes sobre una supuesta prohibición total de las VPN, calificándolos de "noticias falsas". escribió en redes sociales que no aboga por la criminalización de las VPN ni propondrá tal medida, y que el alcance de las enmiendas, según él, es mucho más limitado: hacer ilegal ver retransmisiones deportivas sin pagar.

La resistencia pública a estos planes se superpone a un debate europeo más amplio sobre la regulación de las tecnologías. En el texto se menciona la iniciativa de la UE Chat Control, que proponía abrir mensajería cifrada a través del escaneo obligatorio de mensajes con IA, así como intentos británicos de debilitar el cifrado end-to-end bajo el argumento de la lucha contra el contenido dañino y el terrorismo. Y aunque esas vías son distintas, el recordatorio de que Dinamarca apoyó activamente el impopular Chat Control hasta que la objeción decisiva de Alemania en octubre obligó a retroceder convierte la consulta sobre las VPN en una señal aún más inquietante para quienes siguen la evolución de las tecnologías de privacidad.

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