Ahora nos vigilan desde 20 km de altura. Tranquilos, es por nuestro bien… probablemente.
En el mundo de la tecnología se perfila un nuevo hito, capaz de cambiar radicalmente el enfoque sobre cómo se garantiza la comunicación y el monitoreo del entorno. La empresa aeroespacial estadounidense Sceye presentó un proyecto único que podría ser la salvación para aquellas regiones donde las redes de telecomunicaciones tradicionales son ineficaces y, en situaciones de emergencia, una auténtica línea de vida.
Flying internet hub to hover at 60,000 feet restoring links in remote disasters
El proyecto se basa en la tecnología de plataformas de gran altitud de nueva generación —HAPS (High-Altitude Platform Systems)—. Se trata de dispositivos autónomos capaces de permanecer durante largos periodos en la estratósfera, a unos 20 kilómetros sobre la superficie terrestre. Precisamente ahí, por encima de las nubes y las corrientes de aire, se crean las condiciones óptimas para el funcionamiento estable de estos sistemas.
En los últimos años, la idea de las plataformas estratosféricas ha adquirido especial relevancia. Las dificultades de acceso a internet en zonas remotas, la vulnerabilidad de la infraestructura terrestre durante desastres naturales y la necesidad de un monitoreo constante del medio ambiente obligan a buscar soluciones alternativas.
El proyecto cuenta con el apoyo del gigante japonés de las telecomunicaciones SoftBank. En el marco de esta colaboración, se planea realizar la primera prueba comercial de la plataforma sobre Japón en 2026. Este lanzamiento será una etapa clave para probar la tecnología antes de su implementación a gran escala.
Las plataformas HAPS son capaces de proporcionar comunicación estable allí donde los canales tradicionales no están disponibles o son poco fiables. Después de terremotos, huracanes u otras catástrofes, cuando las redes terrestres fallan, estos dispositivos pueden restablecer rápidamente la conexión móvil e internet.
Pero sus capacidades no se limitan a situaciones de emergencia. Estos sistemas son especialmente demandados en zonas montañosas, islas aisladas y regiones de difícil acceso, donde desplegar infraestructuras convencionales es imposible o económicamente inviable.
Sceye apostó por la estratósfera por una razón. Esta capa de la atmósfera está lo suficientemente cerca de la Tierra para garantizar una señal fiable y, al mismo tiempo, permite evitar la influencia del relieve y las condiciones meteorológicas adversas que afectan a los transmisores terrestres y a los satélites.
El diseño de las plataformas está pensado hasta el más mínimo detalle. Su estructura ligera y hermética está llena de helio, lo que permite al dispositivo flotar durante meses. La energía proviene de paneles solares que alimentan el sistema durante el día y recargan las baterías para el funcionamiento nocturno.
Los sistemas energéticos se basan en modernas baterías de litio-azufre con una alta densidad energética —425 vatios-hora por kilogramo—. Esto garantiza la autonomía del aparato las 24 horas, incluso con poca luz solar.
El estado de la plataforma se controla mediante sensores integrados y módulos de procesamiento. Estos gestionan la electrónica, controlan la posición del dispositivo y supervisan su estado técnico.
Una de las características clave del aparato es su capacidad para mantenerse exactamente en la posición designada. Incluso con fuertes vientos, permanece en su lugar, lo cual es fundamental para una comunicación ininterrumpida y un monitoreo preciso de la superficie. Las plataformas también pueden realizar inspecciones ambientales: detectar focos de incendios forestales, recopilar datos sobre la contaminación del aire y registrar anomalías meteorológicas.
La fiabilidad de la estructura es otro aspecto crucial. Los desarrolladores afirman que la envoltura de la plataforma es 1500 veces más hermética que los análogos y resistente a los rayos ultravioleta y al entorno agresivo de la capa de ozono.
Sceye ya ha realizado más de veinte vuelos de prueba exitosos, demostrando la fiabilidad y estabilidad de sus plataformas. El siguiente paso será su aplicación práctica, para lo cual será clave la colaboración con SoftBank.
La corporación japonesa desarrolla sus propias soluciones en el ámbito de HAPS, incluidas versiones más pesadas con alas fijas. Este diseño está orientado a tareas comerciales que requieren mayor capacidad de carga y una estancia prolongada en el aire.
Con el crecimiento de la demanda de comunicaciones rápidas y estables, especialmente ante el aumento de desastres naturales y la inestabilidad de la infraestructura tradicional, las plataformas estratosféricas están empezando a convertirse en parte del ecosistema real de las telecomunicaciones. Sin embargo, junto con su desarrollo, también crece la necesidad de planificar con antelación la protección contra ciberataques y fallos técnicos, como ya ha demostrado la experiencia con la infraestructura crítica.