Un BASIC, dos hackers y una computadora de revista. Así comenzó el imperio digital.
Hace cincuenta años, el 22 de julio de 1975, dos jóvenes programadores llamados Bill Gates y Paul Allen firmaron su primer contrato real. El dúo, aún sin nombre oficial, cerró un acuerdo con una pequeña empresa estadounidense llamada MITS, que necesitaba con urgencia un intérprete del lenguaje BASIC para su nueva computadora, la Altair 8800. Así comenzó no solo la historia de Microsoft, sino también la era de la computación personal.
La compañía MITS —Micro Instrumentation and Telemetry Systems— se dedicaba principalmente a kits de radioaficionados. Pero en 1975, su fundador Ed Roberts presentó la Altair, una máquina que muchos consideran el primer microordenador de la historia, aunque este punto aún genera debate entre coleccionistas y fanáticos del hardware retro. La Altair fue un proyecto clave por muchas razones: utilizaba un microprocesador Intel 8080 en lugar de componentes lógicos discretos, tenía una arquitectura modular con tarjetas de expansión y un bus que más tarde se estandarizó como el S100, y estaba dirigida no a científicos o ingenieros, como el IBM 5100, sino a entusiastas con conocimientos técnicos.
Por supuesto, en su configuración básica, la Altair era espartana: apenas 1 kilobyte de RAM y una interfaz basada en interruptores frontales. Las instrucciones debían ingresarse bit a bit, en códigos de procesador. Pero al invertir en una tarjeta de expansión de 4 KB por 264 dólares, la máquina adquiría capacidades mucho más serias: podía ejecutar BASIC. Justamente la versión desarrollada por Gates, Allen y su compañero de Harvard, Monty Davidoff. Más tarde sería conocida como Microsoft 4K BASIC, el primer producto de software de la futura compañía. El código fuente, por cierto, está hoy disponible en GitHub con anotaciones de sus autores.
Ni Microsoft ni siquiera ese nombre existían cuando se firmó el contrato. Surgiría más adelante —por ahora, Bill y Paul eran solo dos jóvenes hackers que ofrecieron su código a Roberts. La jugada fue exitosa no solo porque BASIC se convirtió en el lenguaje funcional de la Altair, sino porque esa colaboración fue el punto de partida para una transformación colosal de toda la industria. MITS, por su parte, actuó como catalizador: al colocar la Altair 8800 en la portada de la edición de enero de Popular Electronics, Roberts generó un furor masivo por la máquina —y le dio a Gates y Allen el momento justo para hacerse oír.
La apuesta por BASIC, aunque polémica, convirtió el lenguaje en un estándar durante los años 80 y abrió la puerta a millones de programadores principiantes. A Gates le dio la certeza de su propia visión de futuro: “una computadora en cada escritorio y en cada hogar”. Ya en 1981, Microsoft compraría la licencia de DOS a SCP, iniciando la era de las IBM PC compatibles con arquitectura x86 —primero con los chips 8088 y 8086, luego con el 80386SX y posteriores. Estas máquinas se volvieron omnipresentes, tanto en oficinas como en casas. Con ellas, se expandieron también las ideas de sistema operativo de Microsoft y los microprocesadores de Intel, cuyo peso recién empezaba a consolidarse.
Irónicamente, fueron esas mismas plataformas estándar —baratas y masivas— las que permitieron más adelante el auge de sistemas alternativos como Linux y BSD. Pero todo comenzó aquel día de julio de 1975, cuando se escribió el primer intérprete. Cinco décadas después, aquel acuerdo sigue considerándose un punto de inflexión: no solo puso en marcha a Microsoft, sino que redefinió lo que una computadora podía llegar a ser.