La policía desmanteló una trama que se volvía más peligrosa con cada pasajero en el andén.

En la estación de metro Victoria de Londres la policía detuvo a un hombre, que intentaba enviar masivamente mensajes de phishing a los pasajeros en hora punta. El incidente ocurrió la noche del 1 de julio de 2025. Gracias a la atención de uno de los usuarios del metro, se detuvo un esquema de fraude potencialmente importante antes de que causara daños graves.
Un pasajero que viajaba en la línea Victoria recibió un extraño SMS supuestamente del servicio de mensajería Parcel Mail. En él se ofrecía seguir un enlace y actualizar sus datos para recibir un paquete. Sin embargo, era un sitio falso destinado a recopilar información personal. El destinatario comprendió rápidamente que se trataba de un envío masivo y sospechó que algo no iba bien cuando vio a un hombre con una maleta grande que permanecía largo tiempo en el andén sin subir a los trenes ni abandonar la estación.
Al lugar acudieron agentes de la policía de transporte británica. El sospechoso, de 31 años, Kong Ji Chen, afirmó que esperaba a un amigo y que la maleta se la había entregado un desconocido. Al registrar el equipaje, los policías encontraron un dispositivo con batería, antenas y un indicador intermitente — un típico 'SMS-bláster', capaz de enviar cientos de mensajes seguidos. Tras eso el hombre fue detenido.
Más tarde, en la comisaría, uno de los agentes comprobó su propio teléfono y descubrió el mismo mensaje fraudulento, lo que confirmó la difusión activa desde el dispositivo. Ese mismo día los operadores de telefonía móvil registraron 165 denuncias por un mensaje similar enviado desde el mismo número en el periodo de 14:38 a 22:37.
La investigación determinó que Chen iba dirigido a una audiencia amplia: dispositivos como el incautado pueden alcanzar a miles de personas en su zona de cobertura. Además, la difusión se realizó en un momento de gran afluencia, cuando la mayoría de usuarios se encuentran en desplazamiento, un momento ideal para un alcance masivo.
El resultado de la investigación fue posible gracias a la estrecha cooperación entre la policía de transporte y los principales operadores móviles — BT, Virgin Media O2 y Vodafone —, así como con el Centro Nacional de Ciberseguridad y el regulador británico Ofcom. El trabajo de coordinación permitió rastrear la fuente de los mensajes y obtener las pruebas necesarias para formular cargos.
En el juicio en el Inner London Crown Court, Chen se declaró culpable. El 15 de octubre de 2025 fue condenado a seis meses de prisión. Fuentes policiales señalaron que la vigilancia de uno de los pasajeros fue decisiva para la detención; acciones como esa ayudan a impedir que estos esquemas provoquen fugas de datos personales.