En el Parlamento Europeo plantean sustituir todo el software extranjero por soluciones regionales ante riesgos para la soberanía

Un grupo de diputados del Parlamento Europeo pidió dejar de usar internamente los productos de Microsoft y pasarse a soluciones europeas. Su iniciativa está relacionada con la creciente preocupación por la dependencia de infraestructuras clave de grandes corporaciones estadounidenses y los posibles riesgos para la seguridad digital de la Unión Europea. Los autores del llamamiento consideran que son las instituciones europeas las que deberían dar ejemplo de independencia tecnológica y marcar la dirección hacia la adopción de plataformas propias.
En el documento, que debe ser entregado a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, se mencionan 38 firmantes de distintos grupos políticos. Insisten en que no solo el software de Microsoft, sino también el hardware de fabricantes como Dell, HP y LG utilizado en los sistemas de TI de la institución, debería retirarse progresivamente. En su opinión, el Parlamento cuenta con recursos suficientes para convertirse en el motor de una iniciativa más amplia destinada a reforzar la soberanía tecnológica. Los autores de la carta subrayan que, en condiciones de turbulencia geopolítica, las empresas tecnológicas pueden convertirse en instrumentos de presión externa, y que una parte considerable del gasto presupuestario sigue destinándose a proveedores extranjeros.
En el llamamiento se enumeran servicios europeos que, según los diputados, podrían sustituir las soluciones empleadas en la actualidad. Entre ellos, el navegador noruego Vivaldi, el buscador francés Qwant, el servicio de correo suizo Proton y la plataforma alemana de colaboración Nextcloud. Según los firmantes, uno de los pasos a medio plazo debería ser la cesación total del uso de productos de Microsoft, incluido el sistema operativo Windows. En apoyo de su postura mencionan a la Corte Penal Internacional, que recientemente rechazó los servicios de una empresa por temor a las sanciones estadounidenses.
Bajo la carta figuran las firmas de representantes de varias formaciones: por el grupo del Partido Popular Europeo (PPE) la apoyaron Aura Salla y Mikka Aaltola; por los socialdemócratas — Birgit Sippel y Raphaël Glucksmann; por Renew Europe — Stéphanie Yon-Courtin y Marie-Agnes Strack-Zimmermann; por Los Verdes — Alexandra Geese y Kim van Sparrentak; por La Izquierda — Leïla Chaibi y Merja Kyllönen. Los autores proponen crear un grupo de trabajo formado por diputados y personal del Parlamento que pueda organizar y supervisar la transición hacia tecnologías europeas.
El llamamiento también establece un paralelismo con la flota de vehículos del Parlamento Europeo, compuesta casi en su totalidad por coches de marcas europeas. Según los firmantes, ese enfoque podría ampliarse al equipo informático. Confían en que, con suficiente voluntad política, la institución logrará la independencia de la tecnología extranjera antes del final de la presente legislatura.
La iniciativa fue coordinada por el eurodiputado centrista austriaco Helmut Brandstätter. Señala que la infraestructura del Parlamento Europeo se apoya actualmente en software extranjero que, teóricamente, puede ser desconectado, rastreado o utilizado con fines políticos. Según él, no se trata de una postura hostil hacia Estados Unidos, sino de la necesidad de reforzar la soberanía europea.
Microsoft respondió que ofrece el conjunto más amplio de soluciones orientadas a garantizar el control digital y las capacidades de gestión de datos dentro de las organizaciones europeas, y que tiene la intención de continuar trabajando para ampliar esos servicios.