Un escolar japonés hackeó un cibercafé siguiendo las instrucciones de una IA

Un escolar japonés hackeó un cibercafé siguiendo las instrucciones de una IA

En lugar de recompensa por descubrir una vulnerabilidad, un joven talento será condenado a prisión.

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A comienzos de año en Japón se desató un escándalo por una gran filtración de datos relacionada con el cibercafé Kaikatsu Club. Las autoridades identificaron la implicación de un menor residente de la prefectura de Osaka que, según la investigación, logró burlar la protección de la aplicación oficial de la cadena y dejar fuera de servicio parte de sus funciones.

Según la policía de Tokio, en enero la aplicación oficial del operador fue objeto de un ataque masivo, tras el cual se comprometieron más de siete millones de registros. Fue detenido un estudiante de 17 años, a quien se le imputan acceso no autorizado a un sistema informático y la interferencia en el funcionamiento del servicio.

Según la investigación, el adolescente se aficionó a la programación desde la infancia y ya había recibido un premio en uno de los concursos de ciberseguridad. Los investigadores consideran que el código malicioso fue creado por él mismo.

La empresa detectó a tiempo actividad sospechosa e intentó neutralizar el ataque. Entonces, según la investigación, el adolescente intentó eludir las protecciones recurriendo a una herramienta basada en inteligencia artificial y pidiéndole que describiera formas de sortear barreras digitales.

Según la policía, la información obtenida se utilizó para modificar el código original. Los ataques automatizados superaron los 7,24 millones de solicitudes, lo que obligó al operador a desactivar temporalmente parte de las funciones de la aplicación.

El detenido, según la investigación, en términos generales reconoció los cargos presentados y explicó que buscaba la emoción al comprobar la resistencia del sistema a una intrusión.

La Comisión Nacional de Seguridad Pública de Japón señala un aumento de la implicación de la juventud en los delitos digitales: casi el 70% de los sospechosos en casos de acceso ilegal son adolescentes y personas menores de treinta años.

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