Mientras todos temían a TikTok, un espía de verdad se ocultaba en los enchufes de Estados Unidos

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Cómo el equipamiento para paneles solares se ha convertido en una amenaza para la seguridad nacional.

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Estados Unidos aumenta su dependencia de equipos chinos que soportan la operación de la infraestructura energética, lo que, según analistas, podría crear vulnerabilidades críticas en caso de crisis. Se trata de los llamados inversores —dispositivos inteligentes que controlan las plantas solares y los sistemas de almacenamiento de energía. Estos dispositivos permiten el control remoto y con frecuencia son suministrados por fabricantes de China, lo que genera serias preocupaciones sobre la posible interferencia en su funcionamiento.

Según un nuevo informe de Strider, casi la mitad de todos los inversores solares y sistemas de baterías importados a Estados Unidos entre 2015 y 2024 fueron fabricados por empresas de China consideradas potencialmente peligrosas. Casi el 90% de las empresas energéticas estadounidenses encuestadas, que representan aproximadamente el 12% de la capacidad instalada del país, utilizan productos de al menos uno de esos proveedores.

Tres empresas chinas generan especial inquietud. Contemporary Amperex Technology (CATL) fue declarada por el Departamento de Defensa de EE. UU. como una "empresa militar china" en 2025, lo que subraya los riesgos relacionados con la seguridad y las sanciones. Huawei, que ha figurado durante mucho tiempo en investigaciones por robo de propiedad intelectual y violaciones del control de exportaciones, fue excluida de las redes 5G en Estados Unidos por amenazas de espionaje, aunque no existe una prohibición formal sobre el uso de sus inversores en la energía solar. La empresa Sungrow también suscita sospechas: su máximo dirigente es miembro de la Asamblea Popular Nacional y gran parte de la dirección está vinculada al Partido Comunista de China.

El informe también destaca que la RPC investiga activamente posibilidades de influir en el sistema energético de Estados Unidos. Desde 2010, instituciones chinas han publicado más de 2700 trabajos científicos dedicados a las vulnerabilidades de la infraestructura de redes eléctricas de Estados Unidos. Entre ellos hay al menos 225 publicaciones que modelan ataques a la parte occidental de la red energética estadounidense.

Más de mil de esas investigaciones fueron redactadas en chino y siguen siendo inaccesibles para la comunidad anglófona. Los autores del informe prestaron atención especial a la Universidad Nacional de Tecnología de la Defensa, que está bajo el control del Ejército Popular de Liberación y figura en la lista de sanciones del Departamento de Comercio de EE. UU.

Todo ello apunta a un enfoque sistemático por parte de China para obtener acceso a elementos de la infraestructura crítica de EE. UU. Teniendo en cuenta las particularidades de la legislación china, que obliga a las empresas privadas a cooperar con los servicios de inteligencia, la presencia de equipos chinos en sectores estratégicos de la economía estadounidense se considera una amenaza potencial que requiere especial atención.

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