Los servicios de inteligencia esperaban ataques contra infraestructuras críticas, pero el objetivo resultó ser mucho más mundano.

Incluso los elementos urbanos más familiares cada vez están más relacionados con las tecnologías digitales, y a veces esto conduce a incidentes inesperados. En los Países Bajos, un caso que a primera vista parece casi curioso llamó la atención de los especialistas, pero en realidad ilustra bien la vulnerabilidad de la infraestructura pública. El objeto de acceso no autorizado fue una fuente urbana ordinaria, cuyo control resultó estar accesible desde el exterior.
Anteriormente, las estructuras de contrainteligencia militar del país habían mencionado una intervención en el funcionamiento de uno de los sistemas públicos, sin revelar a qué se referían exactamente. Más tarde se supo que los atacantes obtuvieron acceso al panel de control digital de la fuente y pudieron modificar varios parámetros de funcionamiento, incluida la temperatura del agua y la dosificación de los desinfectantes. La situación no presentó riesgos para la salud, y todos los cambios fueron detectados y corregidos de forma rápida.
El hecho de que la fuente fuera pirateada parece extraño, pero los especialistas señalan que objetos semejantes con frecuencia son los más vulnerables. Los sistemas de control de fuentes, piscinas y otras instalaciones acuáticas a menudo están conectados a internet para mantenimiento remoto y, al mismo tiempo, protegidos de forma mínima o directamente carecen de medidas básicas de seguridad. Esto los convierte en un blanco fácil para el acceso remoto sin necesidad de una preparación compleja.
Tales acciones aportan casi ninguna ventaja práctica. Modificar los parámetros de funcionamiento de la fuente no permite obtener un beneficio económico directo ni interrumpir el funcionamiento de la ciudad. El interés principal para los atacantes reside en demostrar la posibilidad de penetrar en el control digital de un elemento público y en comprobar la rapidez y eficacia de la respuesta de los servicios responsables. Además, incidentes como este sirven para mostrar de manera evidente que incluso elementos inofensivos del entorno urbano pueden convertirse en un punto de entrada para intervenciones más serias.
Según los especialistas, el daño real en estos casos es mínimo, pero el efecto informativo y psicológico puede ser notable. El hecho mismo de tener control remoto sobre un objeto público subraya la vulnerabilidad de los pequeños elementos de la infraestructura y muestra que la atención a su protección a menudo queda en un segundo plano.