El mundo del plástico se impone: presentadora propone renunciar a los árboles de Navidad naturales en favor de los centros de datos

El mundo del plástico se impone: presentadora propone renunciar a los árboles de Navidad naturales en favor de los centros de datos

El proyecto Maryland Piedmont Reliability pone a los agricultores ante una difícil disyuntiva.

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En el canal estadounidense Fox Business este mes se escuchó un inusual llamado prenavideño: renunciar a los abetos naturales en favor de los de plástico. Así lo comentó la presentadora Dagen McDowell sobre la disputa en torno al proyecto de construcción de una línea de transmisión en Maryland, que podría destruir parte de una granja de árboles de Navidad para satisfacer las necesidades de los centros de datos.

Se trata del proyecto Maryland Piedmont Reliability Project, con un costo de 424 millones de dólares. Prevé la instalación de 67 millas de línea de transmisión a través de tierras privadas para suministrar electricidad a los crecientes centros de datos en el norte de Virginia. Según los responsables energéticos, esto ayudará a evitar la sobrecarga de la red; sin embargo, los residentes locales no están de acuerdo. Entre los opositores figuran agricultores cuyas tierras podrían verse afectadas, incluidos los propietarios de una plantación de árboles de Navidad.

Según McDowell, las quejas son indignaciones vacías. Dijo que los intereses económicos del país son más importantes que una decoración estacional, y calificó a la granja como un obstáculo sin importancia, ya que «de todas formas no cultiva alimentos». Además, la presentadora bromeó que si a alguien no le gusta lo que ocurre, puede simplemente comprar un árbol de Navidad artificial.

Los colegas del programa no compartieron esa postura. Uno de los copresentadores señaló que las líneas de transmisión desfiguran visualmente el paisaje rural, y que la granja pierde su atractivo. No obstante, McDowell insistió: en un contexto de economía en crecimiento, la construcción de nuevas infraestructuras es inevitable y todos tendrán que aceptarlo.

Maryland se ha convertido en otro punto de conflicto en medio de la expansión activa de la infraestructura para la inteligencia artificial. Los centros de datos de rápido crecimiento requieren enormes cantidades de energía, agua y espacio, a menudo a costa de las comunidades locales. Ya hay ejemplos: en una de las localidades de Luisiana donde se construye un centro de Meta, el número de accidentes aumentó un 600% debido al aluvión de maquinaria de construcción, y los residentes se quejan del ruido y del empeoramiento de la calidad de vida.

Mientras la empresa operadora de energía insiste en la necesidad de modernizar, los habitantes locales tienen cada vez más dudas. La gente no ve beneficios para su región, pero sí siente las consecuencias ya ahora: desde la pérdida de tierras agrícolas hasta la destrucción del paisaje tradicional.

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