20 años de lucha contra Microsoft: ODF lo intentó, pero salió como siempre

20 años de lucha contra Microsoft: ODF lo intentó, pero salió como siempre

La historia de un estándar que todos aprueban, pero que evitan desesperadamente.

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El 1 de mayo de 2025, el estándar Open Document Format (ODF) cumplió 20 años. El acontecimiento fue una ocasión para reflexionar sobre el destino de los formatos abiertos en el mundo de las aplicaciones ofimáticas. Cuando en 2005 ODF obtuvo la aprobación de la organización OASIS, se consideró una oportunidad para que los usuarios se liberaran de la dependencia de soluciones propietarias. Sin embargo, dos décadas después, Microsoft Office sigue siendo el líder, y la adopción masiva de ODF no se ha producido.

La idea de un formato de documento abierto surgió en el seno de Sun Microsystems en el lejano año 1999. La empresa adquirió la alemana Star Division y, sobre la base de su producto StarOffice, creó OpenOffice. El formato de documentos de OpenOffice, basado en XML, pareció a Sun una base adecuada para un estándar abierto universal. En 2002, Sun transfirió la especificación a OASIS, donde se trabajó en ella durante varios años antes de convertirse en estándar oficial el 1 de mayo de 2005.

A pesar del reconocimiento técnico, el camino hacia una amplia adopción resultó difícil. Microsoft, en respuesta a la aparición de un formato competidor, desarrolló su propio estándar, Office Open XML, y obtuvo su aprobación a través de Ecma International. Posteriormente, este se convirtió en el formato principal de archivos de Microsoft Office, desplazando a las antiguas extensiones binarias. Al mismo tiempo, el soporte de ODF en los productos ofimáticos de Microsoft es limitado y suele implicar pérdidas en el formato y funcionalidad.

Los usuarios comunes y la mayoría de las empresas continuaron utilizando los formatos estándar de Microsoft, sin mostrar interés en cambiar las herramientas a las que estaban acostumbrados. Solo algunas entidades gubernamentales siguieron un camino distinto. Por ejemplo, en 2014 el gobierno del Reino Unido aprobó el uso de ODF para la colaboración documental. Recomendaciones similares fueron emitidas por la Comisión Europea. Anteriormente, en 2008, el estándar fue incluido en la lista de requisitos obligatorios de interoperabilidad de la OTAN. Asimismo, el formato ha sido oficialmente respaldado por las autoridades de India, Sudáfrica, Brasil y varios otros países.

Sin embargo, no se ha producido un rechazo masivo a las soluciones de Microsoft. Incluso el destino del propio OpenOffice tomó un rumbo distinto: tras la compra de Sun por parte de Oracle, la comunidad de desarrolladores se centró en LibreOffice. Posteriormente, el código fuente de OpenOffice fue transferido a la Apache Foundation, pero el desarrollo del proyecto prácticamente se detuvo, mientras que LibreOffice continúa como un fork activo y sigue dando soporte a ODF.

La presidenta de la junta directiva de Document Foundation, Eliane Domingos, subraya que ODF no es solo un estándar técnico. Representa la libertad de elección, la interoperabilidad entre productos y la protección de los usuarios frente al dominio de las grandes corporaciones. En honor al aniversario, la organización está preparando una serie de publicaciones en las que contará la historia del formato y sus ventajas para los usuarios.

En un contexto de creciente influencia de los ecosistemas digitales cerrados, el destino de ODF sigue siendo un recordatorio de las posibilidades que ofrece la apertura y, al mismo tiempo, de las barreras con las que se enfrentan las soluciones alternativas al competir con los gigantes del mercado.

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