Los coreanos inventan una batería inmune al frío, al agua y al paso del tiempo

Los coreanos inventan una batería inmune al frío, al agua y al paso del tiempo

El litio y el níquel han quedado obsoletos…

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Los especialistas del Instituto de Ciencia y Tecnología de Daegu Gyeongbuk (DGIST) han logrado un avance revolucionario en la creación de fuentes de energía de nueva generación. El equipo desarrolló una celda betavoltaica que transmite electrones con una eficiencia 56.000 veces superior a la de los análogos existentes.

Se puede decir que, por primera vez en la historia, lograron combinar un electrodo isotópico radiactivo con una capa absorbente de perovskita. Las perovskitas son una clase especial de materiales con una estructura cristalina capaz de convertir de manera eficiente diversos tipos de radiación en corriente eléctrica.

El enfoque innovador radica en el contacto directo entre los componentes del dispositivo. Los desarrolladores integraron puntos cuánticos basados en carbono-14 en el electrodo y optimizaron la red cristalina. Para reforzar la estabilidad del material y aumentar la eficiencia de conversión, aplicaron una combinación de aditivos que contienen cloro.

El invento será útil en campos donde se requieren fuentes de corriente autónomas que funcionen en condiciones extremas, ya que es capaz de generar energía durante décadas sin necesidad de recarga adicional. Esto es especialmente relevante para la industria de defensa y la exploración espacial, donde se exigen niveles muy altos de fiabilidad energética.

“Nuestra próxima tarea es acelerar el camino de esta tecnología desde el laboratorio hasta la producción. Seguiremos reduciendo el tamaño de los dispositivos y estamos listos para transferir nuestros desarrollos a la industria”, destaca el profesor Soo Il In, líder del proyecto.

Los acumuladores de litio y níquel se degradan rápidamente y resultan ineficaces ante temperaturas extremas o una alta humedad, por lo que en los últimos tiempos el desarrollo de fuentes de corriente duraderas se ha convertido en una tarea crítica para investigadores de todo el mundo.

Los elementos betavoltaicos han captado la atención porque obtienen energía de radioisótopos. Estas fuentes de alimentación presentan dos ventajas principales: funcionan durante periodos increíblemente largos y generan una gran cantidad de energía en dispositivos de tamaño reducido. Por eso son ideales para aplicaciones donde el reemplazo de baterías resulta complicado.

Anteriormente, el uso generalizado de esta tecnología se veía obstaculizado por las dificultades para trabajar con materiales radiactivos y la inestabilidad de ciertos componentes. Los científicos coreanos han logrado superar con éxito estos problemas. Además, nadie en el mundo había intentado integrar perovskita en dispositivos betavoltaicos. El nuevo desarrollo no solo conduce electrones de manera mucho más eficiente, sino que también proporciona una potencia estable durante nueve horas seguidas sin interrupción.

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