Revelarse en medio segundo a 20 000 km/h — la NASA pone a prueba paracaídas para conquistar Marte

Revelarse en medio segundo a 20 000 km/h — la NASA pone a prueba paracaídas para conquistar Marte

A este pedazo de tela… le toca desafiar el supersónico y atravesar lo imposible.

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Los ingenieros de la NASA han iniciado una serie de ensayos de vuelo destinados a perfeccionar los paracaídas supersónicos —un elemento clave en los sistemas de aterrizaje utilizados para enviar sondas científicas a Marte. El proyecto EPIC (Enhancing Parachutes by Instrumenting the Canopy) se centra en equipar los domos con electrónica sensible para recoger datos aerodinámicos en condiciones de carga extrema y aumentar la fiabilidad estructural del sistema.

Las pruebas se llevan a cabo en el Centro de Investigación Armstrong de la NASA en Edwards, California. En la primera fase del programa, el equipo realizó cinco lanzamientos, el último de los cuales tuvo lugar el 4 de junio de 2025. Durante los ensayos, se soltaba una cápsula desde un dron de cuatro rotores; esta estaba equipada con un sistema de paracaídas que incorporaba sensores de deformación. Estos dispositivos, fijados en la superficie del domo, monitorizaban el comportamiento del tejido en el momento de despliegue sin alterar la aerodinámica —tal como se había previsto.

El experimento no solo tenía como objetivo validar la operatividad de los sensores, sino también recolectar datos base para las siguientes etapas. La información obtenida en vuelo se utiliza para afinar los parámetros de resistencia térmica de los componentes y para desarrollar algoritmos de análisis, necesarios para la planificación de futuras pruebas. Según el jefe del proyecto, Matt Kearns, la NASA mantiene conversaciones activas sobre colaboraciones con entidades externas —desde el sector aeroespacial hasta el automovilismo de competición, donde resulta vital controlar el comportamiento de los materiales bajo estrés.

El sistema cápsula-paracaídas fue diseñado en el Centro de Investigación Langley de la NASA en Hampton, Virginia, y luego adaptado para las pruebas en California con la participación de estudiantes y pasantes. En su etapa inicial, EPIC se centró en seleccionar sensores de deformación flexibles disponibles comercialmente y en desarrollar una metodología fiable para adherirlos a finas membranas textiles. Esta fase se ejecutó dentro de la iniciativa STMD Early Career Initiative, que respalda ideas innovadoras de jóvenes investigadores.

Los paracaídas utilizados en el proyecto pertenecen a la clase supersónica —los mismos que se emplearon en la misión del rover Perseverance en 2021. En esa ocasión, el vehículo entró en la atmósfera enrarecida de Marte a una velocidad superior a las 12.000 millas por hora (unos 20.000 km/h), y el paracaídas de 65 pies de diámetro, con un espesor de apenas 0,08 mm, se desplegó en menos de medio segundo, soportando una carga superior a las 13 toneladas.

Debido a la extrema complejidad de estas condiciones, la NASA ha venido desarrollando en los últimos años métodos numéricos para simular el despliegue del domo. Estas simulaciones se ven complicadas por múltiples factores: vórtices turbulentos inestables detrás de la estructura, interacción de la onda de choque (frente de impacto) con los flujos dentro del paracaídas y la deformación del tejido a velocidades supersónicas.

EPIC busca cerrar la brecha entre los modelos de simulación y los datos reales de vuelo. Los sensores ubicados en el domo permiten seguir la evolución de las tensiones dinámicas —durante todas las fases del despliegue, estiramiento y estabilización. Estas mediciones son esenciales tanto para validar los simuladores existentes como para crear nuevos gemelos digitales, lo cual resulta crucial en el diseño de misiones a Marte, Titán y otros cuerpos con atmósferas enrarecidas.

Según los investigadores, los datos de EPIC pueden ser útiles mucho más allá de los programas espaciales. Soluciones como estas son valiosas en cualquier contexto donde se requieran sistemas desplegables confiables que puedan resistir cargas impulsivas intensas —ya sea en autos de carreras, plataformas de emergencia, sistemas de frenado o drones de alta velocidad.

En el corto plazo, el equipo se enfocará en pruebas térmicas de los sensores, en la refinación de su calibración y en la implementación de nuevos tipos de dispositivos capaces de medir no solo la deformación, sino también la temperatura, vibraciones y presión en distintas zonas del domo. Estos datos permitirán comprender mejor las complejidades del despliegue del paracaídas en condiciones reales, donde cualquier desviación puede poner en riesgo el éxito de toda la misión.

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