En la empresa están convencidos: para hacer más… hay que teclear menos.
En los departamentos de ingeniería de Cisco se está gestando una profunda revisión de las costumbres laborales: ahora la prioridad no es la cantidad de líneas escritas, sino la capacidad de pensar en grande. El presidente de la empresa, Jeetu Patel, propuso a los ingenieros una nueva meta: reducir a la mitad el volumen de código creado manualmente. No se trata de recortes por recortar, sino de liberarse de la rutina y abrir paso a ideas más ambiciosas.
En una sesión cerrada de preguntas y respuestas para la prensa, celebrada en vísperas de la conferencia Cisco Live, marcó el rumbo principal: el desarrollo debe dejar de ser una rutina de escritura de símbolos.
Y no se refería solo a métodos internos. El impulso para un debate más amplio vino de un comentario de Kevin Weil —director de producto en OpenAI y nuevo miembro del consejo de Cisco—, quien recordó la película Hidden Figures, sobre mujeres matemáticas de la NASA que, en los años 60, calculaban trayectorias de lanzamientos espaciales a mano, antes de la era de las computadoras digitales. Según él, en apenas cinco años, programar todo el código manualmente parecerá igual de arcaico.
Es evidente que Kevin está interesado personalmente en esta transformación —pues OpenAI se beneficia directamente de la popularización de sus productos. Pero lo más llamativo es que Cisco, con una cultura de ingeniería mucho más conservadora, está dispuesta a apoyar este movimiento no solo en lo moral, sino también en lo financiero y tecnológico.
Durante su intervención, Patel subrayó:
«No vale la pena gastar el 30% de nuestra energía mental en sintaxis. Creo que los recursos intelectuales de los ingenieros deben dirigirse a cosas más importantes».
Estas palabras no son solo una filosofía, sino un intento de redefinir el papel del desarrollador en esta nueva era. La empresa ya enfrenta límites en cuanto a disponibilidad de talento técnico. Las ideas abundan, pero no todas se pueden transformar en productos terminados. A Cisco simplemente le faltan manos para ejecutar todo lo que planea.
Patel confía en que la colaboración con el equipo de OpenAI ayudará a superar la escasez actual de recursos técnicos. En el centro de sus expectativas está Codex, una herramienta basada en inteligencia artificial capaz de convertir instrucciones en lenguaje natural en estructuras de código funcionales. Este sistema puede completar funciones, generar plantillas automáticamente y proponer soluciones óptimas —realizando, en esencia, la parte rutinaria del desarrollo en lugar del humano. Con un asistente así, no hace falta aumentar el personal, sino mejorar la productividad de los equipos actuales, enfocando sus esfuerzos en tareas más complejas y creativas.
Además, según él, no solo los ingenieros internos sentirán estos cambios. Cisco planea lanzar soluciones que ayuden a sus clientes a construir su propia infraestructura de IA de forma más rápida y sencilla. Si tiene éxito, también se acelerarán los procesos en otras industrias: desde las telecomunicaciones hasta la manufactura.
La idea de una “infraestructura insuficiente” ocupa el lugar central en los argumentos de Patel. Invita a imaginar un mundo en el que haya suficiente capacidad y tecnología para todos. Si las empresas de IA no tienen que competir por recursos, sino simplemente construir y escalar, toda la economía digital se beneficiará.
Curiosamente, en sus declaraciones evita incluso las menciones indirectas a despidos. Esto a pesar de que en 2024 Cisco ya llevó a cabo dos rondas de recortes: primero del 5%, y luego otro 7% del personal. Esta segunda ola, por cierto, se justificó abiertamente por la necesidad de “reorganizar la empresa para adaptarla a la inteligencia artificial”.
Hoy el enfoque ha cambiado: la IA se presenta como socia, no como reemplazo de las personas. No se trata de expulsar a los desarrolladores, sino de aumentar su productividad —liberándolos de parte de la carga y brindándoles más espacio para la creatividad y enfoques poco convencionales.
Es importante destacar que no se trata de aplicar redes neuronales en interfaces o atención al cliente —algo ya común entre los gigantes tecnológicos. En Cisco, la IA entra al núcleo mismo de la profesión de ingeniería, proponiendo automatizar el propio proceso de programación, depuración y estructuración lógica. En esencia, la empresa se propone automatizar la automatización. Habrá que ver qué resulta de eso…