A las mujeres las “desvisten” con un clic — y Google paga por ello. ¿Es justo?

A las mujeres las “desvisten” con un clic — y Google paga por ello. ¿Es justo?

Y Amazon proporciona los servidores para esto.

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Millones de usuarios visitan cada mes sitios que ofrecen servicios de las llamadas “desnudadoras” — recursos que convierten fotos comunes de mujeres y niñas en imágenes falsas desnudas mediante inteligencia artificial generativa. Una nueva investigación de Indicator ha demostrado que, a pesar de los esfuerzos de algunos legisladores y empresas tecnológicas, esta industria sigue siendo activa, rentable y profundamente integrada en la infraestructura de los mayores gigantes tecnológicos.

El análisis de 85 sitios que ofrecen este tipo de imágenes reveló que son respaldados por empresas como Google, Amazon y Cloudflare. De ellos, 62 utilizan servicios en la nube o CDN de Amazon y Cloudflare, y 54 emplean sistemas de autenticación de Google. Además, estos recursos se apoyan activamente en otras herramientas — desde pasarelas de pago hasta alojamiento web — proporcionadas tanto por grandes corporaciones como por empresas menos conocidas.

Todo esto sostiene una industria ilegal cuyo volumen de negocio podría alcanzar los 36 millones de dólares al año. Esta cifra se basa en estimaciones del número de usuarios, tarifas de suscripción y compra de “créditos” para generar imágenes. No obstante, como subrayan los investigadores, las ganancias reales podrían ser mucho mayores considerando la actividad fuera de los sitios web, como en Telegram.

El principal problema sigue siendo la inacción de las empresas tecnológicas, que permiten el uso de sus herramientas y plataformas para distribuir contenido que viola la ley y las normas éticas. Un portavoz de AWS declaró que la empresa actúa al recibir reportes de violaciones, mientras que Google señaló que están trabajando en soluciones y ya han tomado medidas para restringir el acceso. Sin embargo, la situación no cambia: los sitios continúan operando, aumentando su audiencia y expandiendo su monetización, incluso a través de videos publicitarios con actrices de la industria para adultos, programas de afiliados y enlaces patrocinados.

Más allá del claro incentivo financiero, los operadores de estos sitios muestran interés en integrarse en la industria del contenido para adultos como actores legítimos. Según Indicator, los recursos se adaptan a posibles prohibiciones utilizando dominios falsos, sitios intermedios y métodos para eludir controles automáticos. Uno de los métodos más comunes es disfrazar las URL como direcciones neutrales al registrarse mediante Google o Apple, lo que permite sortear los filtros automáticos.

La amenaza se vuelve cada vez más global: la mayoría de los visitantes provienen de EE.UU., India, Brasil, México y Alemania. En los últimos meses, también se ha observado un aumento en el tráfico desde fuentes externas, no solo desde motores de búsqueda. La popularidad de estos recursos ha despertado incluso el interés de hackers, que crean copias maliciosas de los servicios infectadas con virus.

A pesar del creciente interés de los organismos reguladores, las acciones para bloquear estos servicios siguen siendo fragmentarias. En EE.UU. se han presentado varias demandas contra sitios similares, Microsoft ha identificado a desarrolladores que crean falsificaciones con celebridades, y Meta ha demandado a una empresa que publicita una app de IA para “desnudar”. En el Reino Unido se está implementando una prohibición sobre la creación de deepfakes explícitos, y la llamada ley “Take It Down Act”, firmada por Donald Trump, obliga a las empresas a eliminar rápidamente este tipo de imágenes.

Sin embargo, los expertos están convencidos de que, mientras los actores más grandes no comiencen a bloquear activamente los recursos que lucran con contenido violento, el problema no desaparecerá. Las medidas deben ser sistémicas, no aisladas. Si las empresas tecnológicas dejan de proporcionar infraestructura a estos servicios, se verán obligados a refugiarse en rincones poco conocidos de internet, lo que reducirá significativamente su audiencia y sus ganancias. Esto no resolverá el problema por completo, pero sí limitará enormemente su alcance.

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