NASA y JAXA lo han logrado.
Los científicos de la NASA y la agencia japonesa JAXA han completado una etapa importante de las pruebas de un modelo en miniatura del avión supersónico X‑59. Las investigaciones se llevaron a cabo en un túnel de viento en Chofu, Tokio, como parte del proyecto internacional Quesst, cuyo objetivo es crear aviación supersónica de bajo ruido.
La escala del modelo se redujo 62 veces: su longitud es de apenas 48 cm. A pesar de su tamaño, la estructura fue sometida a un flujo de aire que simula una velocidad de aproximadamente Mach 1.4 (alrededor de 1490 km/h), que es precisamente el régimen previsto para el vuelo real.
El propósito de las pruebas fue comprender cómo actúan las fuerzas aerodinámicas sobre el cuerpo estrecho y las alas alargadas y anguladas, así como cómo se forman exactamente las ondas de choque. La forma especial de la parte delantera del fuselaje y la transición hacia el mismo (conocida como "chini") está diseñada para dividir los frentes de choque y reducir la presión sonora, transformando el típico "boom" en un suave "thrum".
Las pruebas en Chofu fueron las terceras en la secuencia: anteriormente se realizaron pruebas similares en otras instalaciones aerodinámicas de JAXA y en el Centro Glenn de la NASA en Ohio. Todos los datos obtenidos se comparan con cálculos según la metodología de Dinámica de Fluidos Computacional (CFD) para confirmar la precisión de la modelación digital.
Las verificaciones en tierra no se limitaron a la aerodinámica. En diciembre de 2024, en las instalaciones de Lockheed Martin Skunk Works en Palmdale, el X‑59 completó con éxito una prueba del motor a plena potencia por primera vez. En el otoño del mismo año, se identificaron y solucionaron pequeñas fallas técnicas en componentes giratorios.
En mayo de 2025, los especialistas llevaron a cabo una simulación integral de vuelo virtual: todos los sistemas clave —desde los sensores hasta las computadoras de respaldo— demostraron un funcionamiento estable en condiciones lo más cercanas posible a la realidad.
El X‑59 es el elemento principal del programa de la NASA para desarrollar tecnologías supersónicas con bajo nivel de ruido. Se espera que la aeronave realice una serie de vuelos de demostración sobre ciudades estadounidenses. El objetivo es evaluar la percepción del nuevo sonido por parte de los residentes, recopilar comentarios y compararlos con las mediciones técnicas.
Actualmente, en EE. UU. está prohibido realizar vuelos supersónicos sobre territorio continental. Si el perfil acústico del X‑59 resulta aceptable, las autoridades podrían reconsiderar las normativas vigentes, lo que abriría la puerta a la aparición de nuevos aviones de pasajeros capaces de cruzar océanos más rápido, sin generar ruido sobre zonas pobladas.
Las pruebas en Chofu confirmaron que la tecnología realmente puede transformar el efecto sonoro abrupto en un fondo prácticamente imperceptible, sin alterar el ritmo urbano. Es un paso importante para que los vuelos supersónicos dejen de ser una excepción y se conviertan en la norma.
Además de la NASA y JAXA, en el proyecto también participan Lockheed Martin y otros socios responsables del ensamblaje final e integración técnica. Todos los esfuerzos están dirigidos a lograr que el X‑59 despegue por primera vez en los próximos meses e inicie una nueva era en la aviación.