Por primera vez, la tecnología de contratos inteligentes pasará a ser el núcleo de la economía global.
El sistema financiero mundial da uno de los giros más notables de las últimas décadas. SWIFT, responsable de los mensajes y las transferencias interbancarias, anunció la creación de una infraestructura basada en cadena de bloques. Junto con 30 bancos, la organización decidió reconfigurar la arquitectura habitual de los pagos internacionales y convertir el libro mayor distribuido en la base de las transacciones globales.
Hoy SWIFT facilita la comunicación entre bancos, pero no mueve el dinero en sí. Las transferencias se realizan a través de una cadena de cuentas corresponsales, lo que provoca retrasos y reduce la transparencia de las operaciones. Como resultado, una transferencia internacional puede tardar varios días, y los participantes de la transacción no siempre ven la ruta completa de los fondos. Este problema ha causado inconvenientes a los bancos durante mucho tiempo, y la comunidad cripto señalaba que los sistemas distribuidos pueden funcionar con mayor rapidez y transparencia. En China la idea ya se implementa a través del yuan digital, que permite eludir el dólar y las instituciones de pago occidentales.
Intentos de reemplazar a SWIFT han sido emprendidos por muchas startups y proyectos estatales. Con frecuencia se hablaba de las llamadas monedas estables: tokens digitales vinculados al tipo de cambio de monedas nacionales y que permiten liquidaciones rápidas en cadena de bloques. Pero por primera vez es SWIFT la que decidió integrar el libro mayor distribuido en su propia infraestructura, lo que de hecho consagra la cadena de bloques en el núcleo de la economía mundial.
En la declaración oficial se indica que se está creando un "registro común en cadena de bloques", destinado a registrar, verificar y ordenar todas las transacciones. Se prevé el uso de contratos inteligentes, que supervisarán automáticamente el cumplimiento de las normas. La plataforma debe garantizar compatibilidad tanto con los sistemas actuales de SWIFT como con las nuevas redes financieras, manteniendo la fiabilidad, la resiliencia y el cumplimiento regulatorio.
Al desarrollo se han sumado 34 organizaciones financieras de 16 países. El socio técnico es la empresa Consensys, conocida por sus soluciones en el ecosistema Ethereum. No se han anunciado plazos concretos de lanzamiento, lo cual es comprensible: proyectos anteriores de gran envergadura para integrar la cadena de bloques en sistemas críticos se enfrentaron a problemas de escalabilidad y fiabilidad. No obstante, la propia decisión de SWIFT indica que los activos tokenizados digitales se acercan al uso masivo, no como instrumentos especulativos, sino como parte de la operativa bancaria cotidiana.
Para los clientes bancarios los cambios pasarán desapercibidos: como antes, la transferencia podrá enviarse a través de los canales conocidos. Pero la velocidad, la transparencia y la disponibilidad continua de las transacciones cambiarán las reglas del juego para los mercados mundiales. Si el proyecto se realiza, resolverá la principal contradicción que hizo que durante mucho tiempo se considerara a SWIFT un freno del comercio internacional, y la convertirá en una plataforma tecnológica de nueva generación.