ChatGPT iba a quitar empleos, pero se ha convertido en compañero cotidiano: así usan realmente las personas la IA

ChatGPT iba a quitar empleos, pero se ha convertido en compañero cotidiano: así usan realmente las personas la IA

Google tardó 8 años en alcanzar los mil millones de búsquedas; ChatGPT lo logró en solo 2.

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El mundo esperaba que modelos generativos se convirtieran en el principal motor de la productividad y reemplazaran millones de puestos de trabajo, pero una nueva investigación de Harvard y OpenAI muestra otra realidad — mucho más cotidiana y humana. Las personas usan ChatGPT no como «máquina para tareas», sino como consejero, mentor y asistente personal con el que se puede discutir una idea, afinar la formulación o simplemente comprobar sus pensamientos.

El autor del trabajo, junto con el equipo de economistas de OpenAI, estudió miles de millones de interacciones de usuarios con ChatGPT y llegó a la conclusión de que la adopción masiva de la IA no tanto aceleró el trabajo como lo hizo algo más significativo y flexible. Los especialistas reconocen que los resultados resultaron más pragmáticos y benevolentes de lo esperado: la audiencia global utiliza el sistema no para sustituir a la persona, sino para apoyar el pensamiento.

Los investigadores rastrearon cómo ChatGPT, apenas dos años después de su aparición en noviembre de 2022, alcanzó la marca de mil millones de mensajes diarios —una cifra para la que a Google le llevó ocho años. Según datos de julio de 2025, alrededor del 10% de la población adulta del planeta usa la plataforma, y casi la mitad de todos los mensajes proviene de personas de entre 18 y 25 años. Este grupo, según los autores del estudio, se convertirá en la verdadera generación «nativa de la IA».

Uno de los principales cambios se produjo en la dinámica de género. Si a comienzos de 2023 aproximadamente el 80% de los usuarios activos tenía nombres tradicionalmente masculinos, a mediados de 2025 ese equilibrio cambió por completo: ahora las mujeres constituyen algo más de la mitad de la audiencia. Otro resultado inesperado está relacionado con la geografía: habitantes de países de renta media, como Corea del Sur o Chile, adoptan ChatGPT más rápido que usuarios de las economías más desarrolladas. La brecha entre Estados Unidos y Brasil prácticamente desapareció.

Para entender cómo se aplica la tecnología, el equipo analizó casi un millón de mensajes enviados entre mayo de 2024 y junio de 2025. Para ello usaron el propio GPT-5, entrenado para distinguir categorías de consultas —desde tareas laborales hasta consejos personales y preguntas domésticas. La verificación mediante muestreo humano y la comparación con la base abierta WildChat confirmaron la alta precisión de la clasificación.

Los resultados fueron reveladores. A mediados de 2024 la proporción de consultas laborales y personales era aproximadamente la misma, pero un año después el uso doméstico había tomado ventaja, ocupando casi tres cuartas partes de todas las solicitudes. Las consultas no laborales fueron especialmente activas entre la juventud, que utiliza la IA para autoaprendizaje, consejos, tareas domésticas y pasatiempos.

La mayoría de los mensajes, alrededor del 80%, se concentran en tres categorías. La primera, «búsqueda de información», cuya cuota aumentó del 14% al 24% en un año. Es, en esencia, el equivalente a buscar en Google pero sin tener que hojear páginas de resultados. La segunda, «consejos prácticos», aproximadamente el 29% de las consultas, desde ejercicios para lesiones hasta recetas o tareas domésticas. La tercera, «trabajo escrito», tradicionalmente vinculada al uso profesional. Pero incluso ahí, según se indica, a menudo se trata no de redactar textos desde cero, sino de acortarlos, editarlos, traducirlos o resumirlos.

De forma independiente, los investigadores compararon las consultas profesionales con la clasificación de la base O*NET. Independientemente de la profesión, en primer lugar aparecieron dos categorías: «documentación y registro de información» y «toma de decisiones y resolución de problemas». Son funciones cognitivas típicas, comunes a docentes, vendedores, analistas e ingenieros.

Se concluye que ChatGPT no reemplaza ocupaciones concretas, sino que se integra en los procesos de trabajo, ayudando a las personas a pensar más rápido, comprobarse y precisar ideas. Los especialistas ven en esto un signo de universalidad: la tecnología no quita trabajo, sino que se convierte en una extensión natural de la herramienta profesional.

El investigador ya trabaja en una nueva iniciativa —AI Tracker— que publicará regularmente datos sobre el impacto de la inteligencia artificial en el mercado laboral y la estructura del empleo. Según él, lo que hoy parece «un asistente inteligente» mañana será un elemento estándar de cualquier profesión, desde la educación hasta el comercio.

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