Salto mortal y resurrección del comunismo: cómo vídeos polémicos en Sora obligaron a OpenAI a endurecer sus normas de generación de contenidos

Salto mortal y resurrección del comunismo: cómo vídeos polémicos en Sora obligaron a OpenAI a endurecer sus normas de generación de contenidos

Nuevas restricciones descartan incluso las consultas más inocuas y neutrales.

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Con el lanzamiento de la plataforma Sora 2 de OpenAI, los usuarios obtuvieron acceso a la generación de vídeo mediante inteligencia artificial —y enseguida empezaron a usar esta herramienta para crear contenido provocador. En los primeros días el servicio se llenó de clips con personajes populares en situaciones absurdas y polémicas: desde Michael Jackson, robando comida en McDonald’s, y Orochimaru, resucitando el comunismo, hasta Stephen Hawking, realizando trucos peligrosos directamente en su silla de ruedas. Sin embargo, apenas una semana después del lanzamiento las normas de la plataforma se endurecieron drásticamente, provocando un descontento masivo entre la audiencia acostumbrada a la permisividad en la generación.

Sora 2 fue concebida como un espacio social con funciones de generación de imágenes y vídeo. Inicialmente OpenAI implementó un sistema en el que los titulares de derechos podían presentar una reclamación por infracción de propiedad intelectual y solicitar la eliminación de contenido concreto. Pero tras la avalancha de vídeos con personajes de Nintendo y Disney, y las reclamaciones de los titulares de derechos, la empresa canceló ese enfoque. Sam Altman anunció el paso a un sistema de control más estricto: ahora los propietarios de la propiedad intelectual podrán limitar de antemano el uso de sus personajes e imágenes.

Estos cambios provocaron un fuerte descontento entre los usuarios. En Reddit, poco después de publicarse el nuevo reglamento, surgió un hilo en el que decenas de participantes señalaban que ahora el sistema rechazaba prácticamente todas las solicitudes —incluso las que involucraban personajes no protegidos por derechos de autor. Uno de los comentaristas afirmó que el 90% de sus intentos acababan en error y expresó su intención de dejar de usar la plataforma. Otro acusó a OpenAI de censura ideológica y canceló su suscripción de pago.

Los vídeos más destacados de la plataforma en los últimos días están dedicados al propio sistema de restricciones. Los usuarios publican masivamente clips con figuras conocidas “protestando” contra las nuevas normas. Así, en uno de los vídeos una versión generada por IA de Martin Luther King reescribe su famosa charla sobre el sueño con la esperanza de que Sora sea menos estricta con las reglas de generación, en otro —el pintor Bob Ross se muestra indignado por el bloqueo de una obra en su lienzo. Algunos usuarios incluso emplean figuras de LEGO propiedad de Universal para manifestar su protesta contra la moderación, pese a que estas imágenes también están sujetas a derechos de autor.

La situación se agrava porque en la plataforma siguen apareciendo vídeos con celebridades fallecidas —desde raperos hasta presidentes— a pesar de las promesas de OpenAI de limitar el uso de sus imágenes. La compañía afirma que el control sobre ese tipo de cameos lo realizan los propios usuarios y que el acceso puede revocarse en cualquier momento. No obstante, en la práctica muchos vídeos contradicen esas declaraciones y las propias normas de la plataforma.

Así, el lanzamiento espectacular de Sora 2 se transformó en cuestión de días en un conflicto entre la libertad creativa, los intereses de los titulares de derechos y los intentos de OpenAI por mantener el control de su herramienta. Las restricciones actuales dificultan la generación incluso de contenido neutral, y muchos vídeos populares se han convertido en una reacción irónica ante la imposibilidad de crear material con personajes queridos.

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