Ya le han enseñado al robot millones de escenarios domésticos, pero lo más interesante empezará cuando esté en tu salón.

Entre las empresas que intentan llevar robots a hogares comunes, ha surgido un nuevo actor. El 19 de noviembre, la startup Sunday, con sede en Mountain View, presentó Memo, un robot personal que ayuda a las familias con las tareas domésticas rutinarias y que consumen tiempo.
Memo fue creado por exalumnos de Stanford, los roboticistas Tony Zhao y Chen Qi. A diferencia de muchos otros sistemas, su robot no aprende en simulaciones industriales ni en entornos de laboratorio impecables, sino en el comportamiento real de las personas en apartamentos y casas comunes.
En el núcleo del desarrollo de Memo están los datos domésticos. En Sunday creen que a ese eslabón le ha faltado hasta ahora la robótica doméstica. La compañía recopiló datos sobre las tareas cotidianas en más de 500 hogares mediante el guante patentado Skill Capture Glove. Este dispositivo wearable registra los movimientos de la persona, cómo limpia, clasifica y ordena objetos.
Según Sunday, finalmente obtuvieron casi 10 millones de registros de episodios domésticos reales. La compañía asegura que por su diversidad y escala es una de las bases de datos especializadas más grandes para robots domésticos.
Gracias a ello, Memo puede realizar las llamadas tareas de largo horizonte, es decir, acciones de múltiples pasos en las que el contexto es importante y hay que tomar decisiones sobre la marcha. El robot, según afirma la startup, es capaz de limpiar una mesa, cargar y descargar el lavavajillas, doblar la ropa, ordenar el calzado en el recibidor e incluso preparar un espresso. Escenarios como esos suelen ser difíciles para robots entrenados exclusivamente en entornos estructurados.
«El problema siempre ha sido los datos», dijo Tony Zhao en el anuncio. Según él, la mayoría de los robots domésticos parten de la adaptación de máquinas industriales, y los sistemas entrenados solo en laboratorio rara vez resisten el choque con condiciones reales e impredecibles. El guante, dijo, da a Memo acceso a miles de horas de experiencia realmente útil, que refleja mejor lo que necesitan las familias.
Eric Vishri, socio del fondo Benchmark, coincidió en que los datos reales son clave para robots que deben operar no en zonas de demostración, sino en hogares reales. En su opinión, la promesa de la robótica con IA no está en acrobacias llamativas ni en bailar sobre el escenario, sino en máquinas que afronten situaciones caóticas e imperfectas. Para ello hacen falta enormes volúmenes de datos del mundo real, y el actual tamaño de la industria lo considera solo una pequeña fracción de lo necesario.
En su diseño Memo se distingue claramente de la moda de los humanoides completos. En lugar de piernas tiene una base con ruedas que se encarga del desplazamiento y la estabilidad. En el centro del cuerpo hay una columna que puede elevarse y bajarse para que el robot alcance objetos a distintas alturas. Este formato permite mantener la estabilidad incluso en caso de corte de energía y evita el riesgo de caídas.
Exteriormente Memo recuerda a una tecnología retrofuturista suave. Tiene una carcasa blanca brillante, dos brazos, un rostro amistoso tipo dibujo animado con ojos largos «a botón» y gorras de béisbol de colores intercambiables. La estética remite un poco a Baymax de la película "Big Hero 6" y a los primeros aparatos de la era Nintendo, más que a robots hiperrealistas. La carcasa está recubierta de silicona blanda, por lo que el robot parece menos «industrial» y encaja mejor en el hogar.
La compañía planea lanzar el programa de acceso anticipado Founding Family Beta el 19 de noviembre de 2025. Para participar seleccionarán 50 familias, que recibirán ejemplares numerados de Memo y apoyo cercano del equipo, mientras Sunday perfecciona las capacidades del robot antes de un lanzamiento más amplio.
La startup ya ha crecido hasta un equipo de 25 ingenieros e investigadores. Entre sus empleos anteriores figuran Stanford, Tesla, DeepMind, Waymo, Meta y Neuralink.