La investigación asegura: el sistema de transporte fue solo un ensayo antes del ataque real.

En Londres continúa el proceso judicial por el sonado caso del ciberataque al sistema de transporte de la capital británica. El tribunal examinó los primeros pasos procesales en el caso de dos jóvenes acusados de su implicación en el acceso no autorizado que el año pasado provocó graves interrupciones en el transporte urbano.
En la audiencia en el tribunal penal de Southwark, Talha Jubair, de 19 años, y Owen Flowers, de 18, declararon su inocencia. Ambos fueron detenidos en otoño en sus domicilios en Londres y Walsall por agentes de la Agencia Nacional contra el Crimen. Tras ser arrestados de nuevo quedaron bajo custodia. Flowers ya había estado bajo la atención de las autoridades después del ataque a un operador de transporte en 2024, pero entonces quedó en libertad bajo fianza.
Tras esos hechos, agentes de la agencia indicaron que hallaron pruebas adicionales que apuntan a una posible implicación de Flowers en ataques contra organizaciones sanitarias en Estados Unidos. En el marco del caso actual se le imputa conspiración para infiltrarse en la red de SSM Health Care Corporation y el intento de una interferencia similar en la infraestructura de Sutter Health. Niega todos los cargos.
A Jubair se le imputa además haberse negado a entregar a la investigación los códigos de acceso a los dispositivos incautados durante el registro. Tampoco se declaró culpable. El Departamento de Justicia de Estados Unidos en septiembre hizo pública su propia acusación, en la que vinculan a Jubair con delitos informáticos.
A ambos imputados en Inglaterra se les formularon los cargos más graves relacionados con la preparación de acciones no autorizadas contra sistemas informáticos que crean una amenaza para la seguridad pública y la infraestructura nacional. La pena máxima por ese tipo de delitos llega hasta la cadena perpetua.
Paul Foster, portavoz de la unidad cibernética de la agencia, señaló que la investigación afecta a elementos críticos de la infraestructura urbana y requirió un esfuerzo considerable. Anteriormente la agencia había advertido sobre el aumento de la actividad de grupos de habla inglesa, incluido el colectivo conocido como Scattered Spider, al que se le atribuyen ataques en el Reino Unido y en Estados Unidos.
La Fiscalía del Reino Unido indicó que había reunido pruebas suficientes para llevar el caso a juicio, subrayando su importancia pública. Mientras tanto, la unidad de lucha contra la ciberdelincuencia de la agencia participa en numerosas investigaciones, incluidas incidentes que afectaron a Transport for London, la Agencia de Asistencia Jurídica, dos organizaciones del sistema sanitario, así como las redes de tres minoristas — Marks & Spencer, Co-op y Harrods. Las restricciones vigentes sobre la cobertura del proceso prohíben publicar material que pueda influir en la futura decisión del jurado.