Expertos explican por qué la adopción de Windows 11 está siendo tan lenta

Windows 10 ya está oficialmente fuera de soporte, sin embargo en ella siguen funcionando alrededor de mil millones de ordenadores personales en todo el mundo. Al mismo tiempo, una parte significativa de los dispositivos está técnicamente preparada para pasar a Windows 11, pero permanece en el sistema antiguo, lo que aumenta los riesgos de intrusión y muestra que el cambio de sistema operativo en la práctica resulta más complicado de lo que parece a primera vista. De esto informa el periodista Ernestas Napris citando datos de Dell Technologies y otras fuentes.
Según el vicepresidente y director de operaciones de Dell Technologies, Jeff Clark, de aproximadamente 1.500 millones de equipos instalados más de 1.000 millones aún no han pasado a Windows 11 o son demasiado antiguos para ello. Unos 500 millones de dispositivos cumplen los requisitos de la nueva versión pero no se han actualizado; aproximadamente otros tantos son equipos que no satisfacen los parámetros mínimos de Windows 11. La compañía considera este conjunto de mil millones como una gran oleada de actualización futura del parque de dispositivos, pero señala que el ciclo actual de cambio de plataforma avanza entre 10 y 12 puntos porcentuales más despacio que en la transición anterior.
Las estadísticas de Statcounter de noviembre muestran que la proporción de sistemas de escritorio con Windows 10 y Windows 11 apenas cambia y se mantiene aproximadamente en 42,7% frente a 53,7%. Es decir, una parte significativa de equipos permanece en la versión cuyo ciclo estándar de soporte ha terminado. Tras el 14 de octubre de 2025, Microsoft publica grandes actualizaciones de seguridad solo en el marco del programa Extended Security Updates (ESU), disponible para los usuarios de Windows 10 que hayan contratado el soporte extendido.
El acceso al programa Extended Security Updates (ESU) requiere iniciar sesión con una cuenta de Microsoft. Parte del público que presta mayor atención a la privacidad prefiere cuentas locales y no desea vincular su trabajo diario en el equipo con la recopilación adicional de datos por parte de la empresa. En este contexto, algunos propietarios de sistemas antiguos pasan a plataformas alternativas. Así, el equipo de Zorin OS informó que en poco más de un mes la distribución se descargó alrededor de un millón de veces, lo que refleja el interés por Linux durante el final del ciclo de vida de Windows 10.
Paralelamente, usuarios de Reddit señalan barreras técnicas al pasar a Windows 11. Indican que en varios equipos no está activado Secure Boot, sin el cual no se instala la nueva versión, y que el intento de activarlo a veces resulta confuso incluso para personas con buena preparación en TI.
Otro factor notable son los requisitos de Windows 11 respecto al esquema de particionado del disco. El sistema se orienta a GPT (GUID Partition Table), mientras que muchas instalaciones antiguas de Windows 10 siguen usando MBR (Master Boot Record). En varios casos, para cumplir las condiciones es necesario volver a particionar por completo el almacenamiento o emplear utilidades especiales, con el riesgo de pérdida de datos.
En conjunto, la burocracia en torno a las cuentas, la necesidad de trabajar con la firmware de forma cuidadosa y los complejos escenarios de migración de discos hacen que la transición a la nueva OS se prolongue y mantenga un enorme parque de dispositivos en una plataforma obsoleta, más vulnerable a ataques modernos.