Una red criminal gana fuerza. ¿Podrá detenerla Europol?
Europol ha unido fuerzas con los cuerpos policiales de ocho países para combatir a las bandas criminales que practican el modelo de “violence-as-a-service” (“violencia como servicio”). Este nuevo esquema de negocio delictivo está orientado a involucrar a menores de edad en actos violentos a cambio de dinero.
La operación especial recibió el nombre en clave OTF GRIMM. Las fuerzas de seguridad de Suecia, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Países Bajos y Noruega se sumaron a la investigación. El objetivo de esta iniciativa internacional es frenar la peligrosa tendencia de reclutar adolescentes para cumplir encargos de organizaciones delictivas.
El modelo de “violencia como servicio” implica una especie de subcontratación de actos criminales. Las bandas buscan jóvenes dispuestos a realizar amenazas, agresiones e incluso asesinatos por una suma de dinero. Los reclutadores operan principalmente a través de redes sociales y servicios de mensajería, donde localizan a jóvenes vulnerables.
Los delincuentes obligan a los adolescentes reclutados a cometer una variedad de delitos: desde el tráfico de drogas y ciberataques hasta estafas en línea y extorsiones violentas. Aunque este tipo de esquemas ya existía, la magnitud del problema ha crecido considerablemente en los últimos años.
Previamente, el medio Cybernews informó sobre la actividad de “cultos online extremadamente violentos” que explotan a jóvenes. La situación actual sigue un patrón similar: los criminales atraen a menores con promesas de dinero, pertenencia a una comunidad exclusiva o aumento de estatus social.
Una característica particular de la comunicación criminal moderna es el uso de mensajes codificados. Los delincuentes se comunican con los posibles ejecutores mediante memes, y las tareas se presentan en forma de juego, haciéndolas atractivas para el público juvenil.
Para contrarrestar esta amenaza, los participantes de la operación OTF GRIMM han desarrollado una estrategia integral. El plan incluye el intercambio de inteligencia entre los países implicados y la realización de investigaciones conjuntas. Se presta especial atención al mapeo de las redes delictivas, la identificación de los organizadores y los proveedores de “servicios” criminales.
Un eje clave del trabajo será la cooperación con las plataformas sociales. Las autoridades buscan limitar las oportunidades de reclutamiento en línea y desmantelar las actividades de las organizaciones criminales en sus etapas más tempranas.
El lanzamiento de esta operación a gran escala demuestra la gravedad del problema y la disposición de los países europeos a enfrentar nuevas formas de crimen organizado. Resulta especialmente alarmante que las víctimas de estas redes sean niños, convertidos en instrumentos de violencia.