¿Dicen que el Bluetooth y el 5G son seguros? Entonces, ¿por qué los ingenieros diseñaron una armadura para los ojos?

El auge de los dispositivos inalámbricos y las tecnologías del Internet de las cosas (IoT) ha intensificado el debate sobre el impacto de la radiación electromagnética (REM) en nuestra salud. Los ojos se consideran especialmente vulnerables en este contexto, ya que están expuestos constantemente a ondas de alta frecuencia, desde Bluetooth hasta 5G. Esta cuestión ha generado mucha polémica. Sin embargo, gracias a innovaciones de investigadores japoneses, ahora existe un posible método para minimizar estos riesgos.

Por primera vez en el mundo se ha creado una lente de contacto capaz no solo de dejar pasar la luz, sino también de bloquear eficazmente la REM de alta frecuencia. El desarrollo fue presentado por un equipo interdisciplinario liderado por el profesor Takeo Miyake de la Escuela de Producción de Información y Sistemas de la Universidad de Waseda.

El núcleo de la tecnología es el nanomaterial MXene (carburos y nitruros bidimensionales de metales de transición), conocido por sus destacadas propiedades de conductividad eléctrica y blindaje. Sin embargo, su aplicación práctica había sido limitada debido a la baja adherencia y su tendencia a oxidarse. Una nueva técnica de aplicación de una capa de MXene sobre lentes blandas, mediante transferencia en húmedo y una base de acetona, permitió superar estos problemas. El material se adhiere de forma segura a la superficie curva, y una base disuelta de éteres de celulosa mixta (MCE) lo protege de la descomposición causada por el oxígeno.

El proceso utiliza un disolvente (en este caso, acetona) que ablanda temporalmente la base, garantizando un ajuste firme de la capa aplicada sin dañarla. Este método es especialmente valioso al trabajar con materiales delicados: minimiza la deformación mecánica, facilita la colocación controlada de nanoestructuras y permite adaptar el proceso a la producción en serie de productos con parámetros específicos.

Para evaluar las propiedades de blindaje, las lentes se probaron en ojos de cerdo —modelo estándar en experimentos oftalmológicos. La córnea fue expuesta a radiación microondas de alta frecuencia, y luego se registraron los cambios de temperatura con una cámara térmica.

En primer lugar, según los resultados, las lentes transmiten bien la luz —más del 80%—, mantienen una alta conductividad y no se secan incluso con un uso prolongado. Además, el material no provoca una reacción tóxica: en las pruebas, la viabilidad celular superó el 90% tras el contacto directo con el recubrimiento.

El grosor de la capa protectora variaba según la concentración de la dispersión utilizada, lo que permitió ajustar con precisión el nivel de protección. Asimismo, una capa residual de la membrana MCE proporcionaba estabilidad adicional a las estructuras MXene, actuando como barrera contra la oxidación y prolongando la vida útil.

La eficacia del blindaje alcanzó hasta un 93% —un récord entre los materiales biocompatibles con un grosor similar. Esto demuestra que tales productos pueden proteger de forma fiable los ojos frente a fondos de alta frecuencia, incluido el de gafas inteligentes, auriculares, teléfonos y otros dispositivos portátiles.

Al mismo tiempo, es importante entender que este descubrimiento tiene un alcance mucho mayor que la oftalmología. Las lentes recubiertas con MXene pueden convertirse en una plataforma para futuros implantes médicos o, por ejemplo, sensores inteligentes que, bajo ningún concepto, deben dañar la delicada superficie de uno de nuestros órganos más importantes.

«Las lentes de contacto electrónicas son la siguiente etapa en la evolución de la electrónica portátil. Pero eso significa que los circuitos inalámbricos estarán en contacto directo con la córnea. Nos inspiramos en los avances de los materiales bidimensionales y creamos una solución protectora realmente funcional», destaca con orgullo Miyake.