Tu sistema operativo ahora tiene inteligencia… pero no interés por la privacidad ni el contexto.
Microsoft sigue integrando inteligencia artificial en Windows 11 con un ímpetu que parece más un experimento social a gran escala: ver qué funciones sobreviven y cuáles provocan una nueva ola de escepticismo. La última actualización trajo consigo una colección completa de herramientas de IA, incluida una nueva encarnación del ya polémico Recall. El nuevo sistema se llama Copilot Vision y consiste en una función que transmite activamente la imagen de tu pantalla a servidores remotos, donde una red neuronal analiza el contenido en tiempo real. Sobre el papel suena como un asistente inteligente; en la práctica, se parece más a un observador metido sin permiso detrás de tu espalda.
A diferencia de Recall, que procesaba los datos localmente y teóricamente permitía cierto control sobre la privacidad, Copilot Vision envía capturas de pantalla a servidores de Microsoft. Allí pasan por un sistema de reconocimiento óptico de caracteres y por un modelo de lenguaje, con el fin de "entender" lo que sucede en pantalla y ofrecer ayuda contextual. Aunque la compañía asegura que esas imágenes no se almacenan por mucho tiempo ni se usan para entrenar modelos ni para publicidad personalizada, el mero hecho de transferir el contenido de tu pantalla fuera de tu dispositivo ya genera preocupación.
Por ahora, Copilot Vision solo funciona en Estados Unidos y, según Microsoft, se lanzará solo en “países no europeos”, una formulación que sugiere su incompatibilidad con las normativas del AI Act en la Unión Europea. Paralelamente, Windows 11 —el único sistema de escritorio oficialmente soportado por Microsoft— recibió otras funciones de IA locales. Entre ellas se encuentra un nuevo “agente” basado en el modelo de lenguaje local Mu. Por ahora, solo está disponible en dispositivos con procesadores Qualcomm Snapdragon, aunque Microsoft promete extender el soporte a chips Intel y AMD.
Mu es un asistente integrado en la interfaz de Windows 11 que no solo responde a preguntas, sino que actúa por su cuenta. Por ejemplo, si el usuario escribe en la barra de búsqueda “conectar auriculares Bluetooth”, el agente no muestra una guía, sino que intenta ejecutar directamente la acción. A diferencia de versiones anteriores, donde la interacción era meramente informativa, este nuevo asistente puede cambiar configuraciones del sistema por sí mismo —aunque solo si comprende con precisión lo que se le pide.
Los ingenieros de Microsoft reconocen que implementar estas funciones no ha sido fácil. Un ejemplo problemático: el ajuste de brillo. ¿Qué pantalla debe considerar principal si hay dos? ¿Cómo interpretar comandos vagos? Para reducir errores, los desarrolladores se centraron en los escenarios más comunes y planean ampliar gradualmente el soporte para comandos más complejos. Sin embargo, persiste el riesgo central de los modelos de lenguaje: las llamadas “alucinaciones”, en las que la IA genera respuestas convincentes pero completamente erróneas. Microsoft aún no ha explicado cómo piensa minimizar los daños que podrían causar esos errores, especialmente ahora que el sistema puede actuar en nombre del usuario.
Otro componente de la actualización es Click to Do, aún en fase de vista previa. Este conjunto de herramientas reconoce lectura en voz alta y ayuda a mejorar habilidades de pronunciación, activa en Word un modo de generación de texto a partir de fragmentos seleccionados, permite lectura inmersiva con ajustes de fuente y separación silábica, y permite iniciar mensajes o peticiones en Microsoft Teams directamente desde la interfaz.
También se actualizaron varias aplicaciones integradas. El editor de fotos ahora incluye Relight, una función que simula iluminación artificial en las imágenes. Paint incorpora un generador de stickers desde descripciones de texto y un sistema mejorado para seleccionar objetos. Incluso Snipping Tool recibió mejoras: puede ajustar automáticamente el marco de captura al contenido y ahora cuenta con un cuentagotas para elegir colores —aunque esta última mejora difícilmente justifique el uso de IA.
Además de la inteligencia artificial, la actualización de Windows 11 trajo un cambio visual significativo: el clásico “pantallazo azul de la muerte” ha sido reemplazado por uno negro. Aunque técnicamente sigue siendo un BSoD, ahora presenta un fondo distinto y un mensaje más comprensible, sin jerga técnica. También se introdujo Quick Machine Recovery, un sistema de diagnóstico y reparación automática que funciona desde el entorno de recuperación de Windows (Windows RE), permitiendo resolver fallos graves sin intervención del usuario.
Todas estas novedades se implementan mediante la técnica de lanzamiento por etapas (Controlled Feature Rollout), lo que evita que un cambio mal preparado afecte a millones de usuarios al mismo tiempo. Aquellos que quieran recibir las funciones antes pueden activar la opción “Recibir actualizaciones en cuanto estén disponibles”. Los demás tendrán que esperar… o considerar alternativas si sienten que el rumbo de la IA en Windows es más inquietante que prometedor.
Junto con los cambios de software, Microsoft presentó el nuevo Surface Laptop 5G —el primero de la serie con soporte completo para Copilot+. Este modelo cuenta con una pantalla de 13,8 pulgadas y procesadores Intel Core Ultra de segunda generación, que integran una unidad neuronal de 40 TOPS (billones de operaciones por segundo). También se anunció la integración de un módem 5G, que llegará más adelante en 2025. Según la compañía, esta configuración garantiza conexión constante a los servicios en la nube con IA, incluyendo Copilot para Microsoft 365.
Mientras algunos buscan cómo desactivar estas funciones, otros exploran cuáles les harán ahorrar tiempo. Pero Microsoft parece decidida a apostar por las redes neuronales como parte esencial del futuro de su sistema operativo —aunque eso implique decirle adiós a los viejos pantallazos azules.