Un error lo cambiará todo, pero nadie sabe aún dónde se esconde.
La industria global de la ciberseguridad se prepara para una nueva carrera: Microsoft lanzó una versión renovada de la iniciativa Zero Day Quest, prometiendo recompensas que antes parecían ciencia ficción: el fondo total de premios alcanzó los 5 millones de dólares. Este movimiento no solo motiva a los mejores especialistas en detección de vulnerabilidades, sino que también establece nuevos estándares de protección para los servicios en la nube y la inteligencia artificial.
El lanzamiento inicial del programa el año pasado ya había captado la atención de toda la comunidad profesional: en ese entonces, el monto total de los premios fue de 4 millones de dólares, y el formato demostró un interés de magnitud poco común. Esta vez, Microsoft sube las apuestas y pone el foco en las amenazas más peligrosas relacionadas con plataformas en la nube y la IA.
Los organizadores destacan que se trata de la competencia pública de caza de vulnerabilidades más grande de la historia, en la que se unirán los esfuerzos de los principales expertos e ingenieros de la corporación para una protección proactiva ante amenazas crecientes. Este enfoque refleja la nueva estrategia de Microsoft: apostar por la colaboración abierta y la búsqueda de innovación en un panorama de ataques en constante cambio.
Zero Day Quest se basa en la idea de incentivar el hacking ético — la búsqueda de los llamados días cero, es decir, vulnerabilidades previamente desconocidas que podrían ser explotadas por actores maliciosos para comprometer datos o destruir infraestructuras. Solo el año pasado, Microsoft pagó 1,6 millones de dólares por hallazgos relacionados con Copilot AI y servicios en la nube, lo que se convirtió en un fuerte incentivo para investigaciones más profundas y ambiciosas.
La nueva etapa del concurso comenzará con el Research Challenge, que se celebrará del 4 de agosto al 4 de octubre de 2025. Durante este periodo, especialistas de todo el mundo podrán proponer soluciones para encontrar vulnerabilidades en las áreas más prioritarias: la infraestructura de Microsoft Azure, la inteligencia artificial Copilot, las plataformas corporativas Dynamics 365 y Power Platform, así como los sistemas de autenticación y el paquete M365.
Por vulnerabilidades de gravedad crítica, así como por fallos detectados en escenarios especiales, se ofrece un bono adicional del 50% sobre la recompensa, y si se cumplen varios criterios simultáneamente, la suma máxima se incrementa.
Los participantes exitosos podrán recibir una invitación a un evento privado en la sede de Microsoft en Redmond en la primavera de 2026. Allí, los mejores expertos se reunirán con los ingenieros de la empresa para analizar en conjunto los casos más complejos — por ejemplo, exploits para Kubernetes o ataques dirigidos a modelos lingüísticos como Copilot. Pero el objetivo del encuentro no será la competencia, sino el intercambio de conocimientos: los expertos desmenuzarán los escenarios de explotación más peligrosos, desde eludir defensas en entornos virtuales hasta ataques encubiertos contra la IA.
El programa se rige por estrictas normas de divulgación responsable: las recompensas dependen de la gravedad y reproducibilidad de la vulnerabilidad, así como de su impacto en el negocio, evaluado mediante métricas internacionales y modelos de riesgo internos.
La ampliación del fondo máximo a 5 millones de dólares no solo busca fomentar la creatividad, sino que también reconoce que las nuevas tecnologías exigen una mayor atención en materia de seguridad. Microsoft pone especial énfasis en las vulnerabilidades de la IA — ataques que pueden distorsionar el funcionamiento de los modelos — y en errores en la gestión de accesos en la nube, capaces de provocar filtraciones a gran escala. Se otorga especial importancia a los escenarios en los que están en riesgo los hipervisores o los algoritmos de inferencia de IA.
Esta estrategia se alinea con una tendencia global: las grandes empresas están utilizando formatos de colaboración abierta para adelantarse en la detección de vulnerabilidades, sin dar ventaja alguna a los atacantes. En un contexto donde lo que está en juego no son solo datos corporativos, sino la seguridad de infraestructuras estatales completas, iniciativas como esta se convierten en un componente esencial de la defensa global.
Todos los hallazgos se reciben a través del canal oficial de MSRC, y los participantes no solo obtienen recompensas monetarias, sino también prestigio dentro de la comunidad profesional. La experiencia de años anteriores lo demuestra: estos concursos no solo corrigen errores, sino que realmente fortalecen la resiliencia de las nuevas tecnologías — y, posiblemente, previenen catástrofes antes de que ocurran.