Un solo ejemplar cuesta lo mismo que el PIB de una pequeña nación. Podría salvar a la civilización. O...
El contratista estadounidense Sierra Nevada Corporation (SNC) inició las pruebas en vuelo del nuevo puesto de mando aéreo de la Fuerza Aérea de Estados Unidos E-4C. Esta versión modernizada debe reemplazar a los obsoletos E-4B Nightwatch, que desde la década de 1970 desempeñan el papel de aviones del día del juicio — centros aéreos de mando de las fuerzas nucleares de Estados Unidos.
El primer vuelo del E-4C tuvo lugar el 7 de agosto de 2025, según comunicó la empresa el 3 de septiembre. Las pruebas se realizan en el marco del programa SAOC. SNC obtuvo en 2024 un contrato por 13.000 millones de dólares después de que Boeing, el fabricante de la generación anterior, se retirara de la competición debido a desacuerdos con la Fuerza Aérea.
El nuevo avión se ha creado sobre la base del Boeing 747-8 de pasajeros —una versión alargada y modernizada del clásico aparato comercial. La Fuerza Aérea ya adquirió cuatro de estos aviones para su conversión, y además en 2024 SNC compró otros cinco 747-8 usados a Korean Air para asegurar una reserva suficiente para las modificaciones y el mantenimiento posterior. Los motores GE Aerospace GEnx-2B están recibiendo una revisión mayor para aumentar la fiabilidad y la eficiencia.
La flota E-4B, construida sobre la base del Boeing 747-200, lleva operativa más de 51 años. A pesar de numerosas modificaciones, estas máquinas están muy por detrás de las soluciones modernas. Por eso la transición al E-4C se considera un paso clave para mantener el mando garantizado en caso de un conflicto nuclear o de un ataque a gran escala contra Estados Unidos.
Las misiones del nuevo avión siguen siendo las mismas: asegurar la continuidad del mando civil y militar en caso de destrucción de los centros terrestres. Desde el E-4C la alta dirección podrá emitir órdenes sobre el uso de armas nucleares, coordinar operaciones militares y mantener la comunicación con la red global de fuerzas estratégicas.
El programa de pruebas está previsto hasta 2026 e incluye vuelos y pruebas en banco en instalaciones en Dayton (Ohio) y Wichita (Kansas). El objetivo es reducir los riesgos de ingeniería, confirmar la corrección de las modificaciones y establecer un estándar técnico para las unidades de serie. La entrega de toda la flota está prevista para 2036, y se espera que el número de nuevos aviones sea aproximadamente el mismo que el de la flota actual — cuatro.
Aunque no se divulgan las características detalladas, se sabe que el E-4C recibirá protección mejorada contra pulsos electromagnéticos, sistemas de comunicación más potentes, canales satelitales y conjuntos informáticos protegidos. La plataforma 747-8 ofrece mayor alcance y capacidad de carga, lo que permite transportar más personal, equipos y medios de comunicación en comparación con su predecesor.
El nuevo avión formará parte del renovado sistema de mando, control y comunicaciones nucleares (NC3), que en el Pentágono denominan «el sistema nervioso» de las fuerzas estratégicas. Abarca satélites, submarinos, bombarderos, centros terrestres y puestos de mando aéreos. En el contexto del aumento del potencial nuclear de Rusia y China, la modernización del NC3 se considera críticamente importante para mantener la disuasión.
El programa E-4C se ha convertido en el mayor proyecto de defensa en la historia de Sierra Nevada Corporation, antes conocida sobre todo por desarrollos en el ámbito espacial, guerra electrónica y modernización aeronáutica. La nueva flota de aviones del día del juicio debería prestar servicio al menos hasta mediados del siglo XXI, manteniendo la capacidad de Estados Unidos para gestionar el arsenal nuclear estratégico en cualquier circunstancia — una misión establecida ya en tiempos de la Guerra Fría.