La búsqueda de una segunda Tierra apenas comienza.
NASA anunció un hito importante: el número de exoplanetas confirmados alcanzó los 6000. Bajo este término se entienden los mundos que orbitan otras estrellas fuera del Sistema Solar. El conteo se actualiza en tiempo real, y cada hallazgo nuevo, confirmado por la comunidad internacional de astrónomos, se registra en el archivo que mantiene el Instituto de Ciencia de Exoplanetas de la NASA (NExScI) del Instituto de Tecnología de California. Además de los objetos confirmados, en la base figuran más de 8000 candidatos que esperan verificaciones adicionales.
Sean Domagal-Goldman, director interino de la división de astrofísica de la NASA, señaló que este hito refleja décadas de observaciones con telescopios espaciales que han cambiado la visión de la humanidad sobre el cielo nocturno. Según él, misiones futuras, como el telescopio espacial Nancy Grace Roman y el proyecto Habitable Worlds Observatory, se concentrarán en la búsqueda de planetas similares a la Tierra y permitirán dar un nuevo paso hacia la respuesta a la pregunta principal: ¿existe vida en algún otro lugar?
El primer planeta alrededor de una estrella similar al Sol fue descubierto en 1995. Desde entonces las tasas de investigación han aumentado drásticamente, aunque la búsqueda sigue siendo una tarea complicada. Los científicos estiman que solo dentro de la Vía Láctea pueden existir miles de millones de planetas. La comparación con nuestro sistema revela diferencias importantes: si alrededor del Sol el número de mundos rocosos y gaseosos es comparable, en la galaxia predominan los cuerpos sólidos. Además, se han encontrado objetos extremadamente inusuales: gigantes que orbitan más cerca de sus estrellas que Mercurio del Sol; sistemas con dos astros; planetas aislados que no están ligados a ninguna estrella; mundos alrededor de estrellas "muertas"; esferas de lava incandescente; objetos con nubes de cristales o con densidad similar a la de la espuma.
Don Gelino, responsable del programa de exoplanetas de la NASA en el Laboratorio de Propulsión a Chorro, destacó que cada nuevo tipo de planeta aporta comprensión sobre las condiciones de su formación y ayuda a evaluar cuánto se repiten los análogos de la Tierra. Según ella, estos conocimientos son de gran importancia si queremos determinar dónde conviene buscar señales de vida.
La imagen directa se ha obtenido en menos de un centenar de exoplanetas, ya que la luz de la estrella suele "ocultar" su débil emisión. Por eso se aplican métodos indirectos, como el de tránsito, cuando se registra la caída momentánea del brillo de la estrella al pasar el planeta por su disco. Cada observación de este tipo requiere confirmación por otros telescopios, lo que explica la larga lista de candidatos en el archivo.
Aurora Kesseli, subdirectora del equipo científico del archivo de la NASA, explicó que la eficacia del trabajo depende de la participación de toda la comunidad astronómica mundial: «Nuestra tarea es proporcionar herramientas que permitan a los investigadores convertir candidatos en descubrimientos confirmados».
El ritmo de los hallazgos se acelera: hace tres años el archivo alcanzó la marca de 5000 exoplanetas. En los próximos años el volumen de datos aumentará significativamente gracias a la misión europea Gaia, que utiliza el método de astrometría, y al telescopio estadounidense Roman, que aplicará activamente el método de microlente gravitatoria.
La siguiente etapa de las investigaciones se centra en la búsqueda de mundos rocosos, semejantes en tamaño y temperatura a la Tierra, y en el análisis de sus atmósferas. El telescopio James Webb ya ha estudiado la composición de cientos de atmósferas, pero para planetas similares a la Tierra se necesitan nuevas tecnologías que permitan bloquear la intensa luz de la estrella. El Sol brilla aproximadamente diez mil millones de veces más que la Tierra: para un observador lejano eso bastaría para ocultar por completo a nuestro planeta.
El telescopio Roman recibirá un instrumento de demostración —un coronógrafo— que bloqueará la luz de la estrella y hará posible la observación de planetas tenues. A futuro, la NASA planea crear la observatorio Habitable Worlds, donde esta tecnología se desarrollará hasta permitir ver directamente análogos de la Tierra.