Servicios de inteligencia reciben autorización para detener a personas basándose en metadatos.
El Servicio de Inmigración y Aduanas de EE. UU. (ICE) utiliza WhatsApp como herramienta de vigilancia. Según una orden judicial recientemente desclasificada, la unidad Homeland Security Investigations (HSI) obtuvo la capacidad de rastrear los contactos de sospechosos a partir de los datos de la aplicación de mensajería, sin tener acceso a los mensajes en sí, pero recopilando metadatos. Esta táctica permite al servicio identificar redes enteras de personas vinculadas a esquemas ilegales usando únicamente datos sobre la hora y los destinatarios de los mensajes.
En uno de los casos descritos en la orden, en 2024, durante la administración de Biden, HSI recibió la autorización para instalar un «pen register» —un sistema de registro de metadatos— en la cuenta de una ciudadana guatemalteca sospechosa de vender documentos falsos. Aunque el contenido de los mensajes en WhatsApp permanece cifrado, ICE pudo ver con quién y cuándo se comunicaba la sospechosa. Al comparar los números de teléfono de su correspondencia con varias bases de datos, un agente del servicio identificó sin dificultad a la mayoría de sus interlocutores. Uno de ellos resultó ser otro vendedor de documentos de identidad falsos, que fue arrestado poco después y acusado. Ahora las autoridades también pueden rastrear a los compradores de esos documentos para identificar a más migrantes que se encuentran en el país de manera irregular.
Según la orden, el gobierno también obtuvo autorización para desbloquear el teléfono incautado del sospechoso mediante su biometría —huellas dactilares o reconocimiento facial—. Estas medidas generan preocupación entre las organizaciones de derechos humanos: según ellas, este tipo de órdenes eluden los estrictos requisitos de justificación de la «causa probable», lo que permite a las instituciones estatales reunir datos de una manera demasiado «abarcadora». Los documentos judiciales muestran que solo este año se han presentado cientos de tales órdenes en distintos estados de EE. UU., la mayoría aún clasificadas.
El contratista clave en este sistema de vigilancia sigue siendo la empresa PenLink, de Nebraska, fundada por el empresario Mike Murman. Provee a ICE y al FBI herramientas para crear «pen register» y analizar datos de redes sociales. Como parte de un contrato vigente por 25 millones de dólares, PenLink ofrece a la agencia capacidades de monitoreo y análisis de comunicaciones de voz, texto y web, incluyendo trabajo con plataformas que anteriormente estaban prohibidas para estos fines, como Facebook.
La investigación de Forbes subraya que estos métodos forman parte de una infraestructura mucho más amplia de vigilancia digital en EE. UU., donde tecnologías creadas originalmente para combatir el crimen se están convirtiendo gradualmente en una herramienta de control masivo.