Nuevo cohete: ¿plagio espacial o competencia leal?

La empresa privada china LandSpace continúa avanzando hacia la creación de su propio cohete reutilizable Zhuque-3 (ZQ-3) —un lanzador de dos etapas propulsado por metano líquido, inspirado en el diseño del SpaceX Starship y del Super Heavy. El vehículo debería convertirse en el primer lanzador pesado del país capaz de devolver la primera etapa y reutilizarla.
El camino hacia este resultado fue por etapas. En enero de 2024, los ingenieros realizaron la primera prueba exitosa de despegue y aterrizaje vertical (VTVL) con la nave experimental VTVL-1 en el cosmódromo de Jiuquan, en el norte de China. Entonces el motor funcionó alrededor de un minuto. En septiembre la compañía repitió la prueba: el prototipo se mantuvo en el aire más de 200 segundos. Entre esos eventos, en junio, LandSpace realizó la primera ignición en banco del propulsor, comprobando el funcionamiento del conjunto de propulsión en modo estático.
La siguiente etapa tuvo lugar el 22 de octubre en el polígono de pruebas de la zona de innovación comercial Dongfeng, donde se ubica el cosmódromo. Los ingenieros realizaron otra ignición del motor con el cohete completamente cargado, fijado en la plataforma de lanzamiento. Este formato de verificación —equivalente al wet dress rehearsal estadounidense— permite probar los sistemas de combustible, la presión en los tanques y el comportamiento de los motores sin lanzamiento. Se considera uno de los pasos clave antes del vuelo de debut.
La compañía informó que ahora debe realizar un ensayo de ensamblaje vertical, tras el cual el prototipo volverá al taller técnico para inspección y preparación del primer lanzamiento orbital y el posterior retorno de la primera etapa. LandSpace planea lograr un aterrizaje exitoso ya en 2025 y luego reutilizar el módulo recuperado.
El nombre "Zhuque" alude a una figura mitológica china antigua —el "Pájaro Carmesí"— que simboliza el sur, el verano y el elemento fuego. El propio lanzador está fabricado en acero inoxidable y emplea como combustible la combinación de metano líquido (LCH₄) y oxígeno líquido (LOX), la misma que utiliza el Starship.
El cohete está equipado con nueve motores Tianque-12A (TQ-12A), su altura será de 65,9 metros y la masa al lanzamiento de alrededor de 550 toneladas. En configuración desechable podrá colocar en una órbita terrestre baja 11,8 toneladas de carga útil, y en configuración reutilizable hasta 8 toneladas. En términos de capacidad de carga se aproxima al Falcon 9, que entrega a la órbita aproximadamente 22,8 toneladas.
En el futuro, los desarrolladores planean pasar a una versión aumentada, Zhuque-3E. Su altura alcanzará 76,2 metros, y los motores de nueva generación TQ-12B permitirán colocar hasta 21 toneladas en modo de lanzamiento desechable y 18,3 toneladas con retorno de la etapa. El objetivo final es la creación de un cohete reutilizable capaz de competir con la familia Falcon y con otros cohetes reutilizables estadounidenses, acercando a China a la paridad tecnológica con la NASA.
Los ingenieros chinos anunciaron por primera vez sus planes de crear un análogo del Starship en 2021 en la exposición Aerospace Industry Achievement Exhibition en Nankín, conocida también como "Día Nacional del Espacio". Entonces, en la presentación titulada Our Global Arrival in the Space Transportation System, la compañía mostró el concepto de un aparato de dos etapas para vuelos suborbitales de pasajeros, similar en apariencia al prototipo estadounidense.
El desarrollo activo del programa espacial nacional lo confirman otros acontecimientos. En la primavera de 2024, la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) envió a la estación orbital Tiangong a tres taikonautas, que permanecerán a bordo durante seis meses. Un mes después se lanzó la sonda automática Tianwen-2, dirigida al asteroide cercano a la Tierra Kamo'oalewa para la toma de muestras y el posterior estudio de un cometa del cinturón principal. Paralelamente, se está ampliando la estación Tiangong: el plan es duplicar su volumen para que pueda reemplazar a la Estación Espacial Internacional (EEI) tras su retirada hacia 2030.
Para esa misma fecha, China espera enviar la primera misión tripulada a la Luna e iniciar la construcción de la Estación Internacional de Investigación Lunar (ILRS), un proyecto conjunto con Roscosmos. Este complejo lunar debe convertirse en una alternativa al programa Artemis de la NASA y garantizar la presencia humana permanente en el polo sur lunar.
Todos estos pasos reflejan la estrategia de China, orientada a que hacia el final de la década el país esté entre las tres principales potencias espaciales del mundo. El desarrollo de Zhuque-3 es una parte importante de ese plan: no solo acerca al país a sus propios lanzamientos reutilizables, sino que además convierte a China en un actor destacado en la industria mundial de cohetes.