Ahora el departamento de TI decide qué software se puede —y qué no— instalar en los equipos de trabajo.

Microsoft simplificó la gestión de las aplicaciones predeterminadas de Windows 11 — ahora, en las ediciones Enterprise y Education, es posible eliminar las aplicaciones preinstaladas de Microsoft Store mediante una política de configuración independiente. La novedad elimina la necesidad de modificar manualmente las imágenes del sistema o usar scripts inestables, y además permite gestionar con flexibilidad la composición de las aplicaciones en los dispositivos de la organización.
La nueva política cuenta con soporte en la compilación 25H2 y está disponible a través de los servicios de configuración CSP, las directivas de grupo GPO y el catálogo de ajustes en Microsoft Intune. Al activarla, los administradores pueden seleccionar las aplicaciones necesarias de una lista predefinida y excluirlas del sistema. Tras aplicar los cambios, los paquetes correspondientes y sus datos locales asociados se eliminan automáticamente del dispositivo. La función está deshabilitada por defecto — para usarla, es necesario activarla manualmente desde el sistema de gestión de dispositivos o mediante las directivas locales.
En el caso de usar Microsoft Intune, la configuración incluye ir a la sección de administración de dispositivos, crear una nueva política de configuración, seleccionar la categoría «Plantillas administrativas — Componentes de Windows — Implementación de paquetes de aplicaciones», habilitar el parámetro correspondiente e indicar las aplicaciones a eliminar. La política puede luego aplicarse a uno o varios grupos de dispositivos. Microsoft también proporcionó una guía detallada para aplicar la configuración tanto en dispositivos individuales mediante el editor local de directivas de grupo como en toda la red basada en Active Directory.
Según los desarrolladores, hasta ese momento los administradores se veían obligados a usar scripts inestables que con frecuencia fallaban cuando había cambios en el sistema. El nuevo enfoque reduce los costes, elimina la necesidad de modificaciones manuales y aumenta la fiabilidad de la administración. La eliminación de aplicaciones ahora se adapta a los requisitos concretos de la organización sin intervenir en las imágenes de Windows.
El cambio se inscribe en una serie de actualizaciones corporativas: en abril Microsoft introdujo el soporte para actualizaciones «en caliente» para Windows 11 Enterprise, y en septiembre eliminó las comisiones por publicar aplicaciones en Microsoft Store. Además, en octubre la compañía anunció la disponibilidad general de la herramienta Windows Backup for Organizations — una solución de copia de seguridad centralizada que debería facilitar la migración a Windows 11 y optimizar los procesos de protección de datos en el entorno corporativo.