La tecnología furtiva estadounidense y los avances europeos se unen para redefinir el combate aéreo.

El misil europeo METEOR da otro paso hacia su aparición en el caza estadounidense F-35A. Las pruebas conjuntas realizadas por el desarrollador MBDA, la empresa Lockheed Martin y la oficina del programa F-35, confirman que el misil se aloja correctamente dentro de la aeronave y puede emplearse sin perjudicar la sigilosidad del avión. El trabajo refleja la creciente cooperación internacional en el contexto de la modernización de las fuerzas aéreas de los países de la OTAN.
Las pruebas se llevaron a cabo en la base Edwards, en California, y se centraron en la compatibilidad física del misil con la aeronave. Los equipos evaluaron las cargas vibratorias, el funcionamiento de los puntos de anclaje y el comportamiento de la estructura para asegurarse de un alojamiento y una liberación seguros. Los participantes del programa señalan que queda todavía una prueba en tierra, tras la cual comenzarán los vuelos.
El misil METEOR fue desarrollado con la participación de Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, España y Suecia y ya está en servicio en varios países de la OTAN. Reino Unido es responsable de la adaptación para el F-35B; Italia supervisa los trabajos de integración con el F-35A. A comienzos de año, la Real Fuerza Aérea británica informó sobre los primeros lanzamientos exitosos del misil desde el F-35B. La incorporación del METEOR al F-35A debería ampliar de forma significativa las capacidades de combate aéreo a larga distancia.
Los desarrolladores señalan como característica principal del misil una amplia zona de la que los blancos no pueden escapar tras el lanzamiento. Esto se logra gracias a un motor de flujo directo con consumo variable de combustible, que proporciona una aceleración sostenida durante gran parte del vuelo. Ese enfoque permite mantener altas velocidades a largas distancias y maniobrar frente a objetivos rápidos.
La etapa de crucero se apoya en navegación inercial y en un canal de enlace bidireccional, mientras que la guiada en la fase terminal la garantiza una cabeza buscadora radar activa. La ojiva es de fragmentación y alto explosivo, con iniciadores para detonación por impacto y por proximidad.
El METEOR ya se emplea en los cazas europeos Typhoon, Rafale y Gripen, y también está en pruebas en Corea del Sur para el KF-21. La integración del misil con el F-35 adquiere especial importancia debido a la capacidad del avión para fusionar datos procedentes de distintos sensores y a su vigilancia sigilosa del entorno. La combinación de esas capacidades con el mayor alcance del METEOR puede cambiar la táctica del combate aéreo, permitiendo atacar al enemigo antes y desde posiciones más ventajosas.
No se ha anunciado aún la fecha para la puesta en servicio completa del misil en el F-35A. Los participantes del programa subrayan que las pruebas completadas constituyen un hito importante en el camino hacia la certificación, tras la cual la aeronave contará con uno de los medios de intercepción aérea más de largo alcance y efectivos.