La corporación está acusada de eliminar deliberadamente pruebas y ocultar hechos.
Google lleva 15 años fomentando una cultura interna destinada a minimizar los riesgos de litigios. Según se ha revelado en los documentos judiciales de tres casos antimonopolio, los empleados de la compañía recibían instrucciones sistemáticas para evitar "temas delicados", no usar sarcasmo y reflexionar cuidadosamente sobre sus comentarios.
Además, en 2008 se implementó en la empresa la eliminación automática del historial de chats, y se recomendó a todos los empleados incluir a los abogados como destinatarios en los correos electrónicos, incluso cuando los temas tratados no estuvieran relacionados con cuestiones legales.
Los jueces que están revisando los casos han criticado repetidamente a Google por estas prácticas. Uno de ellos, James Donato, calificó esta conducta como una "cultura sistémica de supresión de pruebas" y destacó que este comportamiento pone en peligro la equidad del sistema judicial.
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos también señaló que Google evita crear una base documental adecuada para los litigios. En uno de los casos, se descubrió que la empresa destruía sistemáticamente mensajes utilizando herramientas de mensajería instantánea con función de eliminación automática del historial.
Estas acciones han provocado descontento entre los organismos reguladores. La Comisión Federal de Comercio (FTC) y el Departamento de Justicia recordaron a las empresas que los mensajes electrónicos deben conservarse como documentos jurídicamente relevantes, especialmente cuando existe la amenaza de litigios.
Google sostiene que los cambios estaban destinados a "optimizar" los procesos y minimizar la información innecesaria. Sin embargo, los documentos presentados en los tribunales muestran que la empresa intentaba sistemáticamente ocultar rastros de discusiones.
Algunos empleados de Google, temiendo responsabilidades, continuaron eludiendo las nuevas reglas. Por ejemplo, después del cambio en la política de retención de mensajes en 2023, algunos trabajadores migraron a mensajeros cerrados para comunicarse de manera informal.
Los casos antimonopolio contra Google se centran principalmente en el dominio de la empresa, en el mercado de la publicidad en internet y los motores de búsqueda. Los tribunales subrayan que las prácticas descritas socaven la confianza en las grandes corporaciones, creando una apariencia de secretismo.
Los expertos legales opinan que esta estrategia tuvo un efecto contrario al esperado: en lugar de proteger la reputación de la empresa, generó dudas sobre su transparencia. Esto debilita la confianza en Google y refuerza las sospechas sobre sus acciones poco éticas.