Una mirada crítica al tecnothriller de Netflix protagonizado por Robert De Niro.
Recientemente, Netflix estrenó la miniserie Zero Day, que prometía mostrar a los espectadores un ciberataque devastador capaz de paralizar a Estados Unidos. Los creadores afirmaban que querían demostrar "qué ocurriría en el país si se produjera un ataque a la escala del 11 de septiembre". Sin embargo, parece que, en lugar de una profunda inmersión en el tema de la ciberseguridad, el público recibió un drama político superficial disfrazado de thriller tecnológico.
Los expertos en ciberseguridad saben bien que los ciberataques a gran escala pueden tener consecuencias catastróficas: son capaces de paralizar redes eléctricas, sistemas de transporte e infraestructuras críticas. También comprenden la complejidad de identificar a los responsables de estos ataques, especialmente si intentan ocultar sus huellas en lugar de atribuirse la autoría. El término zero-day (vulnerabilidad de día cero) es bien conocido en el sector y hace referencia a brechas de seguridad desconocidas hasta el momento, para las cuales no existen medidas de protección efectivas.
Sin embargo, la respuesta de un país como Estados Unidos ante una ciberamenaza de tal magnitud sigue siendo un tema hipotético, simplemente porque nunca ha ocurrido un evento de esta escala (y, por lo tanto, no hay un plan claro sobre cómo reaccionar).
En la trama de la serie se menciona la muerte de miles de personas y un estado de conmoción generalizada, pero solo unos minutos después en pantalla, parece que la fase crítica ha quedado atrás. Entonces entra en escena el personaje de Robert De Niro: un expresidente querido por todos, que asume el papel de detective principal del país. Apenas media hora después del inicio, la serie se sumerge en intrigas políticas, teorías de conspiración y dramas personales. Sin embargo, los espectadores interesados en la ciberseguridad probablemente habrían preferido que los creadores dedicaran más atención al ataque en sí, sus consecuencias y sus aspectos técnicos.
La justificación de que "es solo ficción" funciona hasta cierto punto, ya que los creadores, según sus propias palabras, intentaron retratar la crisis en Washington de la manera más realista posible. En realidad, simplemente tomaron eventos reales y los modificaron ligeramente para adaptarlos a la trama.
El personaje de De Niro es una copia evidente de Joe Biden, mientras que la nueva presidenta, una mujer negra llamada Evelyn Mitchell, es una referencia clara a Kamala Harris (cabe señalar que la serie se completó antes de la victoria de Donald Trump en las elecciones). El líder de la oposición en la Cámara de Representantes parece ser una versión ficticia de Mike Johnson, y el teórico de la conspiración Evan Green, con su excéntrico programa de televisión, es una parodia obvia de Alex Jones o Tucker Carlson.
También aparece en la serie una multimillonaria tecnológica, Monica Kidder, que en esencia es una versión femenina de Elon Musk. La trama aborda además problemas reales, como la polarización política y la propagación de desinformación en internet.
Dado que se trata de un espectáculo protagonizado por estrellas de primer nivel en una plataforma como Netflix, los creadores tenían que hacer algo lo suficientemente accesible para el público general. Sin embargo, producciones como Mr. Robot o incluso No mires arriba abordaron el tema de los ciberataques con mucha más profundidad y rigor.
Para comprender los problemas de la sociedad estadounidense contemporánea, no es necesario un thriller de seis episodios de Netflix: basta con encender las noticias. Sistemas de vigilancia avanzados, multimillonarios en las sombras que controlan el flujo de información en redes sociales, la administración de Trump socavando la confianza en las leyes y normas... Todo esto ya es una realidad, y por ahora, no hay una salida clara.
Zero Day intenta convencer al espectador de que basta con decir la verdad para que todo se arregle, pero en el mundo real eso no funciona así. El personaje de De Niro es un arquetipo cliché del político honesto y justo, para quien la verdad está por encima de todo. Resulta llamativo que, mientras busca la "verdad", Estados Unidos en la serie pueda torturar a sospechosos y privarlos de sus derechos constitucionales, lo que plantea dudas adicionales sobre la postura moral de los guionistas.
Cabe destacar que los creadores del show fueron honestos al admitir que el ciberataque mostrado en la serie es poco probable en la vida real. Tal vez por eso, después del ataque, todo parece relativamente normal: algunos disturbios y un par de descarrilamientos de trenes, pero en general, la gente en Estados Unidos sigue yendo a trabajar como si nada hubiera pasado.
Se puede tener cualquier opinión sobre Mr. Robot, pero esa serie logró, sin moralismos innecesarios, discutir con estilo el impacto de la tecnología en el mundo moderno en la era del capitalismo tardío. Mr. Robot se mantuvo fiel a su visión, mientras que Zero Day intenta abarcar demasiado para demasiada gente. Como advertencia sobre las ciberamenazas, lamentablemente, resulta poco convincente. Pero esta es solo una opinión... Mejor júzgalo por ti mismo.