Su jefe tardó 10 años en construir su carrera, pero una IA necesitó solo unas semanas para reemplazarlo

Su jefe tardó 10 años en construir su carrera, pero una IA necesitó solo unas semanas para reemplazarlo

Klarna ya no pierde tiempo con personas reales. Ahora los informes los lee un algoritmo con cara de CEO.

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Los directivos de las mayores corporaciones tecnológicas han empezado a delegar sus funciones a la inteligencia artificial. Las empresas Klarna y Zoom fueron las primeras en utilizar avatares digitales de sus directores generales para presentar informes trimestrales y promocionar nuevos productos. Estos experimentos marcan el inicio de una era de comunicación sintética en el mundo corporativo.

Por ejemplo, la fintech sueca Klarna presentó recientemente su informe financiero trimestral con la voz de un doble artificial del director ejecutivo Sebastian Siemiatkowski. Los desarrolladores pasaron meses analizando grabaciones de archivo con la participación del verdadero director, estudiando sus particularidades de habla, gesticulación y expresiones faciales.

La red neuronal reprodujo minuciosamente las entonaciones vocales de Siemiatkowski, sus característicos movimientos de manos e incluso su costumbre de inclinar ligeramente la cabeza al explicar temas complejos. Sin embargo, la imagen tenía defectos técnicos. Los espectadores notaron expresiones faciales poco naturales, desincronización entre labios y voz, y parpadeos mecánicos. La mímica del avatar a veces se congelaba, generando un efecto de “mirada muerta” típico de las primeras versiones de gráficos por ordenador. Las transiciones entre emociones eran demasiado bruscas, lo que le restaba fluidez natural al discurso.

Según sus representantes, Klarna intentó demostrar a los inversores su firme intención de automatizar todos los procesos empresariales con este experimento. La dirección considera a los dobles digitales como una herramienta para escalar la comunicación sin quitar tiempo adicional a sus ya ocupados altos cargos.

La plataforma de videoconferencias Zoom siguió una estrategia similar. Su CEO, Eric Yuan, utilizó recientemente una versión sintética de sí mismo para promocionar nuevas funciones del servicio. Ahora los usuarios pueden crear avatares personalizados y grabar clips de 30 segundos por doce dólares al mes. La tecnología abre nuevas posibilidades para el videomarketing personal en redes sociales.

El asistente integrado toma actas de las reuniones automáticamente, resalta las decisiones clave y genera listas de tareas para los participantes. Según la propia compañía, esta automatización reduce en una cuarta parte el tiempo dedicado a tareas administrativas.

Zoom lanzó los avatares para competir con gigantes tecnológicos como Microsoft y Google en el mercado del software corporativo. La empresa busca consolidarse en el nicho de herramientas para trabajo remoto, ofreciendo una alternativa a la interacción presencial tradicional.

Sin embargo, las filosofías de ambas corporaciones difieren radicalmente. Klarna sigue la estrategia de optimización máxima de los costos operativos. En los últimos tres años, su plantilla pasó de cinco mil a tres mil empleados —una reducción del 40%. A 700 agentes del servicio de atención al cliente los sustituyeron bots basados en tecnología de OpenAI.

Zoom, por su parte, intenta mantener un enfoque centrado en las personas. No ha realizado despidos masivos vinculados a la implantación de inteligencia artificial. De hecho, su departamento de ingeniería se ha triplicado recientemente. Además, Yuan ha declarado públicamente que los algoritmos no pueden reemplazar la comunicación humana genuina.

El CEO de Zoom compara la comunicación corporativa con un encuentro entre amigos en una cafetería, subrayando la importancia de la interacción interpersonal. La empresa considera la inteligencia artificial como una herramienta para potenciar las capacidades humanas, no para sustituirlas.

No es de extrañar que los CEO sintéticos generen muchas discusiones en la sociedad sobre los límites éticos de la comunicación corporativa. Por ejemplo, los críticos dudan de si es apropiado utilizar personajes artificiales para anunciar noticias difíciles, como despidos, pérdidas financieras o escándalos. Solo un líder real puede mostrar empatía sincera y asumir la responsabilidad personal por decisiones complicadas.

El director general de Nvidia, Jensen Huang, es un ejemplo de lo que debe ser un líder carismático: su naturalidad inspira a miles de empleados. Cuando habla con emoción en conferencias, se crea una atmósfera de confianza entre la dirección y el equipo. Probablemente este sea uno de los factores que ayuda a la empresa a atraer talento en el competitivo mercado tecnológico.

Los avatares, en cambio, pueden convertir la comunicación corporativa en una representación teatral, donde la imagen cuidada vale más que un mensaje genuino. Si se pule demasiado el discurso de un director, los colegas percibirán que está desconectado de sus experiencias reales y difícilmente prestarán atención a sus palabras.

El efecto del “valle inquietante” hace que el espectador se sienta incómodo al ver personajes casi humanos, pero no del todo. Las redes neuronales siguen avanzando y superando estas barreras, logrando imágenes sintéticas cada vez más fotorrealistas. Pero todo indica que aún queda un largo camino por recorrer.

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