Zona prestigiosa, criptomonedas, tortura con electricidad: Manhattan se convirtió en escenario de la Inquisición Bitcoin

En Nueva York, se ha imputado al inversor en criptomonedas de 37 años John Woeltz, quien, según la fiscalía, secuestró a su socio comercial en el barrio de Soho, en Manhattan, lo mantuvo cautivo durante tres semanas, lo torturó y trató de obtener la contraseña de una billetera de bitcoin. Así lo informaron el 29 de mayo la fiscalía y los medios locales.

Según los documentos del caso, Woeltz fue arrestado el 23 de mayo. En la denuncia presentada ante el tribunal de Manhattan, la víctima relató a la policía que el 6 de mayo Woeltz y su cómplice William Duplessie le confiscaron sus dispositivos electrónicos y su pasaporte, y luego le exigieron la contraseña de su billetera de criptomonedas. Cuando se negó, los secuestradores recurrieron a actos de violencia extrema.

La víctima declaró que fue golpeado en la cabeza con una pistola, le ataron las muñecas, lo amenazaron con hacerle daño a su familia e incluso lo colgaron sobre una escalera. También fue sometido a descargas eléctricas. Estos abusos continuaron durante varias semanas hasta que logró escapar. Según The New York Times, que tuvo acceso a un informe policial interno, ambos sospechosos estaban previamente vinculados a un fondo de cobertura de criptomonedas, y la víctima es un ciudadano italiano.

William Duplessie, de 33 años (cómplice de Woeltz), fue detenido la víspera y debe comparecer ante el tribunal el 30 de mayo. A ambos hombres se les ha impuesto una medida cautelar de prisión preventiva. La sentencia oficial se dictará más adelante. Ninguno de los acusados ha comentado su posición sobre el caso hasta el momento. Los abogados defensores han declinado hacer declaraciones.

El caso ha generado una gran repercusión pública, ya que el crimen ocurrió en una zona prestigiosa de la ciudad y está relacionado con un intento violento de apropiación de activos digitales. La fiscalía subraya la extrema crueldad de los actos de los sospechosos y considera el caso como un indicador de las crecientes amenazas relacionadas con las finanzas digitales.