La dirección lo dice sin rodeos: unos serán reentrenados. Otros, despedidos.
El fin de una era en Amazon: las redes neuronales no solo se integran en los productos, sino también en la propia estructura de la empresa. Esta semana, los empleados recibieron una carta del director general Andy Jassy, en la que comunicó sin tapujos: la compañía está acelerando la implementación de inteligencia artificial generativa, y esto conllevará una reducción de puestos de trabajo. La nueva ola tecnológica no solo afecta a los servicios orientados al usuario, sino también a los procesos internos, donde la inteligencia artificial asume tareas rutinarias.
Según Jassy, Amazon ya ha ejecutado o está trabajando en más de mil proyectos relacionados con IA. Estas soluciones se integrarán cada vez más en el entorno corporativo, redistribuyendo las tareas entre humanos y máquinas. Indicó directamente que “parte del trabajo que hoy realizamos requerirá menos personas en el futuro”, y que, en general, la plantilla corporativa se reducirá a medida que aumente la eficiencia. Al mismo tiempo, las funciones eliminadas serán compensadas con nuevos roles, que implicarán diferentes exigencias y responsabilidades.
Una de las principales líneas de desarrollo será el asistente de voz Alexa+. Este proyecto ha sido durante mucho tiempo el buque insignia de la empresa en el ámbito de la IA orientada al consumidor. Actualmente está disponible para más de un millón de personas, y según el departamento de prensa de Amazon, los comentarios recibidos han sido exclusivamente positivos. Se espera una ampliación del alcance ya este verano. No obstante, antes de su lanzamiento completo al público, aún es necesario perfeccionar los mecanismos de seguridad, como advirtió anteriormente el director de seguridad de la información.
La implementación de la IA no es solo una forma de hacer los productos más inteligentes. Es un cambio en la lógica del negocio: ahora la eficiencia ya no se mide por los esfuerzos del personal, sino por las capacidades de los agentes automatizados. En este contexto, la dirección insta a los empleados a no quedarse de brazos cruzados, sino a adquirir urgentemente nuevas competencias. Jassy recuerda cómo en 1997 llegó a Amazon como joven gestor de producto — en aquel entonces, los equipos internos eran pequeños, ágiles y centrados en resolver tareas rápidamente. Establece un paralelismo con la situación actual: según él, la IA generativa representa un punto de reinicio similar al que supuso Internet a finales de los años noventa. Quienes aprendan ahora a utilizar eficazmente las nuevas herramientas, tendrán la oportunidad de influir en el futuro de la corporación.
Para la formación del personal se ha habilitado el acceso interno a la plataforma educativa AWS Skill Builder, que ofrece cursos sobre trabajo con IA. Aunque los empleados señalan que la calidad de los cursos varía, la posibilidad de adquirir conocimientos básicos en áreas críticas para el futuro profesional es valiosa.
Cabe destacar que los despidos mencionados aún no se han anunciado oficialmente. Sin embargo, Amazon lleva años optimizando su plantilla de manera sistemática. Tras el auge de contrataciones durante la pandemia — cuando el número de empleados se duplicó hasta 1,6 millones en 2021 — la compañía ya ha despedido a más de 27.000 personas. A juzgar por la retórica actual, esta tendencia continuará.
Un factor adicional que podría acelerar la “pérdida natural” de personal es la política de regreso a la oficina. Jassy insiste firmemente en la presencialidad completa, a pesar del descontento de sus colegas: según encuestas, solo alrededor del 10% está dispuesto a trabajar de forma presencial cinco días a la semana. De acuerdo con un estudio entre especialistas británicos, la mitad de los trabajadores empezaría a buscar un nuevo empleo si se les impusiera nuevamente ese régimen. En este contexto, la renuncia voluntaria podría resultar una forma bastante eficaz de optimización.
Particular interés despierta la perspectiva del sector en su conjunto. El director de Anthropic, Dario Amodei, declaró recientemente que en los próximos cinco años podrían desaparecer hasta el 50% de los puestos de oficina. Los expertos debaten sobre la magnitud de este fenómeno, pero entre programadores y especialistas en ciberseguridad de nivel básico predomina una sensación generalizada de inestabilidad inminente.
Así pues, puede decirse que Amazon es un ejemplo viviente de cómo una gran corporación está reestructurando sus procesos bajo la influencia de la IA generativa. Y no solo a nivel de productos, sino también en contratación, formación y estructura laboral. Esta transformación tiene un carácter sistémico — y ya está afectando la vida de miles de empleados. Algunos verán en estos cambios una oportunidad; otros, una amenaza. Pero una cosa es cierta: la nueva realidad ya está aquí, y adaptarse a ella es una necesidad inmediata.