¿Siempre has pensado que los robots son sirvientes? Muy pronto ellos decidirán… quién manda aquí

La startup alemana NEURA Robotics ha anunciado su intención de sacar a los robots humanoides de los laboratorios y llevarlos directamente a la vida cotidiana. La empresa se prepara para presentar su último desarrollo — un androide de nueva generación — y, al mismo tiempo, mantiene negociaciones para recaudar hasta 1.200 millones de dólares destinados a la producción en masa.

Todavía no se ha revelado quiénes invertirán en el proyecto, pero se sabe que el interés es significativo. NEURA Robotics ya ha captado 120 millones de euros de inversores y ha firmado contratos de suministro de sus soluciones por un valor de mil millones de dólares. Entre sus clientes se encuentran gigantes japoneses como Kawasaki Heavy Industries y Omron, bien conocidos en el mercado.

Si las negociaciones concluyen con éxito, la tecnología, que hasta hace poco parecía ciencia ficción, podría estar presente en los hogares y empresas en un futuro muy cercano.

La presentación de la novedad está prevista para la próxima semana en Múnich. Durante el evento, NEURA mostrará no solo su androide, sino también nuevas plataformas de software responsables de su inteligencia y capacidad de aprendizaje.

La empresa fue fundada en 2019 en la ciudad de Metzingen, en el estado de Baden-Wurtemberg, y en apenas unos años ha logrado posicionarse como líder en Alemania. Según el portal EU-Startups, NEURA sigue siendo el único fabricante alemán de robots humanoides plenamente funcionales.

El año pasado, NEURA publicó un vídeo donde un robot de casi dos metros de altura realizaba tareas cotidianas — servía bebidas, doblaba la ropa y limpiaba la casa. El fundador, David Reger, ya declaró entonces que las máquinas cognitivas se convertirían en un futuro próximo en una parte tan habitual de la vida como lo son hoy los smartphones.

Además, los desarrolladores no se centran solo en tareas domésticas. Ya cuentan con plataformas de transporte y manipuladores inteligentes que se utilizan tanto en entornos industriales como en el hogar. La estrategia de la empresa es integrar gradualmente máquinas inteligentes en sectores clave: industria, logística y sanidad.

Este ámbito se está desarrollando rápidamente en todo el mundo. La corporación taiwanesa Foxconn y la estadounidense Nvidia, por ejemplo, están negociando la implementación de robots en su planta de Houston, donde se ensamblarán servidores para sistemas de inteligencia artificial.

En China, actualmente existen entre 50 y 60 empresas que desarrollan humanoides. Los actores europeos y estadounidenses tampoco se quedan atrás: Tesla, la startup noruega 1X Technologies, financiada por OpenAI, y la californiana Figure AI, recientemente valorada en casi 40.000 millones de dólares, están invirtiendo activamente en sus propios proyectos.

Sin embargo, la principal diferencia de NEURA Robotics es el nivel de integración de la inteligencia artificial. Sus máquinas son capaces de comprender el lenguaje, reaccionar a gestos, seguir objetos e interactuar con el entorno en tiempo real. Todo esto es posible gracias a la propia plataforma tecnológica NEURA AI API.

Un papel clave lo desempeña el módulo Ai Hub, un sistema de inteligencia colectiva descentralizada inspirado en el comportamiento de insectos sociales como abejas y hormigas. Este enfoque permite que un grupo de robots y algoritmos resuelvan tareas de manera conjunta, sin necesidad de un centro de control único.

Además, los asistentes mecánicos están equipados con un sistema de escaneo espacial capaz de construir modelos tridimensionales de objetos y analizarlos desde todos los ángulos. Estos datos se utilizan para entrenar redes neuronales y permiten a las máquinas interactuar con su entorno de forma segura y precisa.

Cabe destacar que la empresa ha mostrado resultados financieros impresionantes. Según EE News Europe, en el último año su plantilla se ha duplicado y los ingresos han aumentado diez veces.

Según los expertos, estas máquinas realmente podrían convertirse en algo habitual en los próximos años. Pero junto a la comodidad también traerán nuevos desafíos — desde cuestiones de empleo hasta la seguridad y regulación de la interacción entre humanos y máquinas.