¿El fin de Adblock? Un tribunal puso en peligro los bloqueadores de anuncios y la propia libertad de Interne

¿El fin de Adblock? Un tribunal puso en peligro los bloqueadores de anuncios y la propia libertad de Interne

«¿No te gusta la publicidad? Entonces eres un infractor!» — un tribunal alemán ideó una nueva lógica.

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En Alemania estalla una controversia que puede afectar directamente a millones de usuarios de internet. Se trata de los bloqueadores de publicidad —herramientas habituales que permiten eliminar los banners molestos, acelerar la carga de los sitios y protegerse del seguimiento. El Tribunal Supremo Federal de Alemania emitió una decisión que pone en duda la legalidad de su uso y podría convertir esas extensiones en objeto de derechos de autor.

Se puede explicar la situación con una analogía sencilla. Cuando alguien se levanta a por un aperitivo durante la pausa publicitaria en la televisión, pasa la publicidad en un podcast o quita una página extra del periódico, nadie considera que eso sea ilegal. Pero si se hace lo mismo en el navegador mediante una extensión, el tribunal vio inesperadamente una posible vulneración de derechos de autor. Ese enfoque, dicen en Mozilla, amenaza la libertad de los usuarios, su privacidad y su seguridad.

El problema no se limita a la publicidad. Los usuarios suelen modificar la apariencia de las páginas por comodidad: para mejorar la accesibilidad, evaluar la interfaz, protegerse de rastreadores y código malicioso o simplemente optimizar el rendimiento del equipo. Un navegador que no permitiera intervenir el código cargado sería una herramienta extremadamente peligrosa, subrayan los expertos.

La disputa legal en torno a los bloqueadores de publicidad lleva ya más de diez años en Alemania. El gran editor Axel Springer demanda a la empresa Eyeo, desarrolladora de Adblock Plus. Hasta hace poco, los tribunales en su mayoría se posicionaban del lado de Eyeo: en 2022, el Tribunal de Apelación de Hamburgo determinó que la extensión no violaba derechos de autor y solo ofrecía a los usuarios la posibilidad de decidir por sí mismos cómo mostrar las páginas.

Sin embargo, el 31 de julio de 2025 el Tribunal Supremo Federal de Alemania anuló parcialmente esa decisión y devolvió el caso para un nuevo examen. Ahora el tribunal inferior deberá determinar con detalle qué elementos concretos del sitio son modificados por los bloqueadores —el bytecode, el código objeto u otras partes— y si están protegidos por derechos de autor. El proceso final podría tardar varios años más.

Mozilla espera que Alemania no se convierta en el segundo país, tras China, donde los bloqueadores de publicidad estén prácticamente prohibidos. De lo contrario, esto no solo privaría a los usuarios del control sobre su propio espacio en línea, sino que crearía un precedente peligroso: podrían verse afectadas cualquier extensión que mejore la seguridad y la privacidad. A largo plazo, esto podría frenar la innovación y cambiar la propia naturaleza de internet, haciéndolo más cerrado y menos cómodo para las personas.

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