Los científicos comprobarán cómo la vida se enfrenta a la radiación y al vacío.
El cohete portador «Soyuz-2.1b» con el satélite biológico «Bion-M» Nº2 despegó con éxito desde la plataforma Nº31 del cosmódromo de Baikonur. El lanzamiento transcurrió con normalidad, y en apenas nueve minutos la nave debería situarse en órbita. Está previsto que el satélite permanezca en el espacio 30 días y regrese a la Tierra el 19 de septiembre, aterrizando en las estepas de la región de Oremburgo.
A bordo del «Bion» hay 75 ratones, alrededor de mil quinientas moscas de la fruta (drosófilas), cultivos celulares y también plantas — caléndula, equinácea y el musgo Physcomitrella. Además se enviaron muestras de cereales, leguminosas y cultivos industriales, hongos, líquenes, materiales celulares y semillas de plantas, parte de las cuales ya habían estado anteriormente en el espacio en otros satélites de investigación.
La misión contempla un amplio espectro de experimentos en biología y medicina. Los científicos pretenden estudiar cómo la ingravidez y la radiación cósmica afectan el desarrollo de los organismos vivos y el crecimiento de las plantas. Los datos obtenidos ayudarán a comprender mejor los mecanismos de adaptación de los sistemas vivos a condiciones extremas y se utilizarán en la preparación de vuelos de larga duración hacia el espacio profundo.
«Bion-M» Nº2 continúa una serie de experimentos iniciada en la época soviética. El primer aparato de esta nueva generación voló en 2013, y la misión actual está equipada con sistemas más modernos, lo que permitirá obtener observaciones con mayor precisión. Según los especialistas, el proyecto desempeña un papel clave en el desarrollo de las investigaciones nacionales en biología espacial y da a Rusia la posibilidad de mantener su liderazgo en este campo.