Vida sin el Sol: Ceres calentó su océano con el calor de su núcleo… y pudo haber albergado microbios

Vida sin el Sol: Ceres calentó su océano con el calor de su núcleo… y pudo haber albergado microbios

¿Acaso hace 2.500 millones de años habitaban diminutos extraterrestres en un planeta enano?

image

Los científicos han llegado a la conclusión de que el planeta enano Ceres, situado en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, pudo haber contado en el pasado con condiciones aptas para la vida de microorganismos. En la revista Science Advances se publicó un trabajo titulado «El metamorfismo del núcleo controla la habitabilidad dinámica de mundos oceánicos medianos — el caso de Ceres», que analiza los datos reunidos por la sonda Dawn de la NASA.

Investigaciones previas indicaban que el hielo en la superficie de Ceres pudo formarse por la salida de soluciones salinas desde reservorios subterráneos. Los depósitos de sales contienen compuestos de carbono, un elemento importante para los procesos biológicos. El nuevo estudio aporta un argumento adicional: la desintegración radiactiva en el interior del planeta pudo liberar suficiente calor para mantener un océano interno en estado líquido. Si en él hubo agua y carbono, la combinación de estos factores podría haber creado un entorno favorable para microorganismos.

Según los cálculos, los posibles «habitantes» de Ceres podrían haber sido quimiótrofos —organismos que obtienen energía química en lugar de la luz solar. Aunque el océano subterráneo hubiese sido cálido, la superficie del planeta seguía siendo extremadamente fría y estaba expuesta a una intensa radiación, por lo que la vida en la superficie abierta quedaría descartada.

Los investigadores señalan que este descubrimiento es importante no solo para entender la historia de Ceres, sino también para el estudio de otros pequeños cuerpos helados del Sistema Solar. Si sus núcleos también contenían elementos radiactivos, pudieron haber tenido sus propios periodos de habitabilidad relativa. A diferencia de la Tierra, donde la vida se sostiene con la energía del Sol y el calor interno, y de satélites oceánicos como Europa y Encélado, calentados por fuerzas de marea, Ceres pudo ofrecer otra vía para el desarrollo de ambientes propicios para la vida.

Sin embargo, será casi imposible encontrar pruebas directas de la existencia de microorganismos allí. Los autores del artículo estiman que la «ventana de habitabilidad» se situó entre 0,5 y 2 mil millones de años después de la formación del planeta; es decir, hace unos 2.500 millones de años ya se había cerrado. Ceres se formó hace aproximadamente 4.500 millones de años, y si alguna vez surgió vida allí, sus rastros habrán desaparecido hace mucho.

¿Estás cansado de que Internet sepa todo sobre ti?

¡Únete a nosotros y hazte invisible!