Prometieron seguridad para los niños, pero obtuvimos una vigilancia total sobre los adultos.
El apoyo al controvertido proyecto de ley Chat Control, diseñado para combatir la difusión de materiales sobre abuso sexual infantil (CSAM), sigue presente en la Unión Europea. Sin embargo, la creciente oposición de varios países podría complicar seriamente su aprobación.
El proyecto, presentado oficialmente como la versión danesa de una iniciativa para escanear mensajes en busca de contenido ilegal, obligaría a todos los servicios de mensajería a revisar las conversaciones de los usuarios, incluidos los mensajes cifrados. Si el texto se aprueba, su implantación podría comenzar ya en octubre de 2025. No obstante, los críticos advierten que estas medidas socavan la privacidad de las comunicaciones digitales y ponen en peligro uno de los pilares de la ciberseguridad: el cifrado de extremo a extremo.
En los últimos días Bélgica y Chequia se han unido a la resistencia, sumándose a Austria, Países Bajos y Polonia, que ya se habían manifestado en contra. Representantes belgas calificaron la ley como “un monstruo que invade la vida privada”. El argumento central de los opositores es el requisito de escanear obligatoriamente los mensajes сообщений, que, según expertos, hace prácticamente imposible un cifrado fiable y aumenta los riesgos para todos los usuarios. Al mismo tiempo, las comunicaciones gubernamentales y militares quedarán exentas de las exigencias de la ley.
A pesar de las críticas, Chat Control sigue contando con el apoyo de 15 países de la UE, entre ellos Francia, Italia, España y Suecia. Alemania, que podría desempeñar un papel clave, valora la posibilidad de abstenerse en la votación —una decisión que podría debilitar la legitimidad política de la ley, incluso si alcanza formalmente el número necesario de votos.
Actualmente la posición está así distribuida: seis Estados de la UE —en contra—, seis aún sin decidir y 15 que respaldan la iniciativa. Entre los países que ya han expresado su rechazo figuran Austria, Bélgica, Chequia, Finlandia, Países Bajos y Polonia. Alemania, Grecia, Rumanía, Luxemburgo, Estonia y Eslovenia aún no han tomado una decisión definitiva. La mayoría de los países que apoyan la norma son gobiernos de Europa del Este, del Sur y Central, entre ellos Bulgaria, Hungría, Portugal, Letonia, Lituania, Malta, Eslovaquia y Chipre.
La ley está siendo impulsada activamente por la presidencia actual del Consejo de la UE —Dinamarca— y las negociaciones entran en la recta final. Según el calendario, la posición del Consejo se formulará definitivamente el 12 de septiembre y la votación clave tendrá lugar el 14 de octubre.
Los opositores subrayan que el sistema propuesto de escaneo no exige ninguna causa o sospecha y abarca todo tipo de materiales digitales: mensajes privados, fotos, archivos, incluso en aplicaciones con cifrado completo. Esto, en la práctica, legaliza la vigilancia masiva за 450 millones de ciudadanos de la UE, exceptuando únicamente a los propios políticos, que conservarán el derecho a la “confidencialidad profesional”. Además del riesgo para la privacidad, los expertos señalan el alto índice de falsos positivos: los algoritmos ya confunden con frecuencia, por ejemplo, fotos personales con contenido ilegal, lo que puede dar lugar a acusaciones erróneas.
Por último, los especialistas en protección infantil, incluidos representantes de la ONU, advierten que medidas como estas no solo no garantizan una seguridad real, sino que desvían recursos de métodos probados de ayuda y prevención, creando la ilusión de control. Además, la aprobación de normas similares en la UE podría sentar un peligroso precedente global al que los regímenes autoritarios podrían recurrir para implantar una vigilancia digital total en sus países.