La presión sobre la enciclopedia se extiende a nivel mundial.

El 20 de enero de 2025, Wikipedia se encontró inesperadamente en el centro de un conflicto global en torno al gesto de Elon Musk, que durante un mitin tras la investidura de Donald Trump levantó la mano de una manera que muchos consideraron un saludo nazi. Por lo general, los artículos en la enciclopedia se actualizan en cuestión de segundos tras hechos resonantes, pero esta vez no apareció ninguna mención hasta la tarde. Solo un editor con el seudónimo PickleG13 añadió una línea sobre un «gesto parecido al saludo nazi», citando una publicación de The Jerusalem Post. La corrección duró apenas un par de minutos: fue eliminada por incongruente con las estrictas normas sobre biografías de personas vivas. Más tarde, la discusión se trasladó a la página de discusión del artículo sobre Musk, y casi 7000 palabras de intercambio condujeron a un compromiso: consignar el hecho de la mano alzada y la reacción social, sin emitir juicios.
Este episodio mostró cómo funciona la mayor enciclopedia del mundo, con más de siete millones de artículos y que atrae a diario a alrededor de 70 millones de lectoras y lectores. Wikipedia se funda en los principios del punto de vista neutral, la verificabilidad y la renuncia a la investigación original. Lo más importante aquí es el proceso: las disputas se resuelven mediante referencias a fuentes y normas internas, no por convicciones personales. La negativa a «fragmentar» artículos permite a las personas discutir en una sola página en lugar de crear versiones paralelas de la realidad. Incluso los conflictos más encarnizados se traducen en largas bibliografías y formulaciones precisas.
Precisamente esa «obstinación de los hechos» hace al proyecto especial. Ya en 1967 la filósofa Hannah Arendt advertía: los hechos son vulnerables, se pueden reescribir, pero poseen una resistencia que dificulta a los poderes monopolizar la verdad. Wikipedia se convirtió en la encarnación digital de esa idea: un apoyo común en medio de la degradación del resto de internet, donde algoritmos de las redes sociales y la IA adaptan la información a las expectativas del usuario.
Sin embargo, el aumento de influencia convirtió al proyecto en un objetivo. Musk no es la primera persona en atacar la enciclopedia, llamándola «Wokepedia» y «propaganda». La crítica coincide con presiones políticas: en agosto, legisladores republicanos de la Cámara de Representantes de Estados Unidos exigieron a la Fundación Wikimedia datos sobre «introducción de sesgos» y sobre editores sancionados. Antes, organizaciones conservadoras arremetieron contra la página «Perennial sources», donde, según el consenso de editores, las fuentes reciben estatus que van de fiable a no fiable. Así, ProPublica fue marcada en verde, mientras que Newsmax y OANN aparecieron en rojo por materiales repetidamente desmentidos. Esa decisión provocó acusaciones de censura y sesgo político. Aún mayor repercusión tuvo la discusión sobre el estatus de la ADL: tras meses de disputas, los editores la reconocieron como fiable en materia de antisemitismo, pero no en lo relativo al conflicto israelí-palestino. La decisión fue noticia en los medios y ejerció presión sobre la fundación.
Conflictos similares ocurren fuera de Estados Unidos. En India, la agencia ANI recurrió a los tribunales para intentar eliminar menciones de propaganda pro‑gubernamental. Un juez exigió revelar la identidad de los editores e incluso amenazó con bloquear Wikipedia. En Rusia, las autoridades multaron a la fundación y, al mismo tiempo, apoyaron la creación de Ruwiki. En Bielorrusia, uno de los editores más activos de la Wikipedia en ruso fue arrestado y condenado a tres años de arresto domiciliario. En China, grupos organizados de editores, mediante cuentas falsas, intentaron ocupar cargos de administrador para promover una retórica favorable. La fundación se vio obligada a anunciar una «infiltración» y bloquear a decenas de participantes, ya que algunos editores recibieron amenazas físicas.
La historia de la Wikipedia croata fue una advertencia. Allí, un grupo de nacionalistas tomó posiciones administrativas y reescribió artículos sobre la Segunda Guerra Mundial y los Balcanes conforme a su ideología. Solo tras una investigación global los líderes del grupo fueron bloqueados de forma permanente. Este caso pasó a conocerse como la «captura del proyecto», análogo a una captura del Estado en la política.
La debilidad de la enciclopedia es el número limitado de voluntarios. Hoy, la versión en inglés la sostienen menos de 40 000 editores activos y apenas unos 450 administradores, la mitad que en 2008. Al mismo tiempo la carga aumenta: la IA usa Wikipedia como fuente principal, a la vez que genera inserciones falsas. Así se abre un frente de trabajo adicional, mientras que parte de la comunidad se agota o se retira por las amenazas y el acoso. Los intentos de la fundación por promover la «igualdad del conocimiento» mediante la incorporación de mujeres y representantes de distintas culturas se enfrentan a acusaciones de la «ideología DEI».
En distintos países la fundación se topa con demandas y nuevas leyes. En Reino Unido perdió una disputa sobre la exclusión del Online Safety Act, que exige verificar la identidad de los editores. En Portugal, un tribunal obligó a eliminar hechos de un artículo sobre el empresario Sezare DePaso y emitió una orden para revelar los datos de ocho editores. En Estados Unidos, el fiscal del distrito de Columbia, Edward Martin, envió una carta con acusaciones de «propaganda» y la insinuación de revisar el estatus fiscal de la fundación. Aunque jurídicamente el documento parecía extraño, la insinuación de posible presión fue evidente.
Frente a todo esto, Jimmy Wales insiste en que el principio del punto de vista neutral sigue siendo incuestionable. Encabezó un grupo de trabajo para reforzar los procedimientos de evaluación de fuentes y estudiar los sesgos reales. Incluso cuando las acusaciones suenan hostiles, Wales pide verlas como una ocasión para revisar los métodos de trabajo y fortalecer la confianza. Wikipedia, según él, debe ser tan «obstinada como un hecho»: callada, coherente y neutral, a pesar de la presión externa.