Cómo la colusión secreta entre Microsoft y los servicios de inteligencia israelíes se convirtió en un escándalo mundial de espionaje
Microsoft puso fin a la cooperación con la unidad militar israelí Unit 8200, privándola del acceso a la infraestructura en la nube y a servicios de inteligencia artificial. La razón fue el uso de tecnologías de la compañía para la interceptación masiva de llamadas telefónicas de palestinos en Gaza y Cisjordania, lo que violaba las normas de uso de la plataforma Azure. La decisión fue el resultado de una investigación publicada en agosto.
La investigación mostró que, en el marco de un proyecto secreto, el servicio responsable de inteligencia radioelectrónica recopilaba millones de llamadas al día y almacenaba hasta 8 000 terabytes de datos interceptados en un centro de datos de Microsoft en los Países Bajos. El sistema permitía al personal revisar y analizar el contenido de las conversaciones de toda la población, y las dimensiones dentro de la unidad se describían con la frase «un millón de llamadas por hora». Tras la publicación de los datos a principios de agosto, los conjuntos de información fueron apresuradamente trasladados fuera de la UE, y fuentes afirman que podrían haberlos migrado a Amazon Web Services.
El proyecto se lanzó en 2021 tras una reunión del director de Microsoft, Satya Nadella, con el entonces comandante de Unit 8200, Yossi Sariel. El uso de recursos prácticamente ilimitados de Azure dio a los militares la posibilidad de acumular y procesar enormes volúmenes de comunicaciones con algoritmos de IA. Según fuentes, el sistema también se usó durante la ofensiva en Gaza —incluida la preparación de ataques aéreos.
La empresa inició dos investigaciones internas. La primera, iniciada en enero tras la publicación de filtraciones sobre la dependencia de los militares israelíes de Azure, no detectó incumplimientos. Sin embargo, una investigación conjunta posterior de The Guardian y sus socios aportó pruebas que llevaron a Microsoft a revisar sus conclusiones. Una nueva auditoría la llevaron a cabo abogados de Covington & Burling, y con base en sus resultados provisionales se decidió cortar el acceso de la unidad a los servicios en la nube y a determinados productos de IA.
El presidente y director jurídico de Microsoft, Brad Smith, informó a los empleados que la compañía «no proporciona tecnologías para la vigilancia masiva de civiles» y mantiene de forma coherente este principio en todo el mundo. Según The Guardian, este es el primer caso en que una corporación tecnológica estadounidense negó al ejército israelí el uso de servicios clave desde el inicio de los sucesos en Gaza.
A pesar de la restricción, la empresa mantiene relaciones comerciales con el Ministerio de Defensa de Israel: el acceso a varios servicios continúa. Pero el hecho mismo de desconectar a Unit 8200 pone en tela de juicio la fiabilidad de almacenar información militar crítica en nubes extranjeras y demuestra el creciente riesgo para la cooperación entre grandes empresas tecnológicas y los organismos de seguridad en situaciones de conflicto internacional.