Un fallo en la gestión de vuelos afectó a los principales centros aeroportuarios, incluido el aeropuerto londinense de Heathrow.
El 19 de septiembre en Europa se registró un importante ciberincidente, que afectó el funcionamiento de Collins Aerospace, uno de los mayores proveedores mundiales de tecnologías aeroespaciales. Este ataque provocó interrupciones en las operaciones de aerolíneas y afectó vuelos en los principales nudos aéreos de Europa. Las consecuencias fueron especialmente notables en el aeropuerto de Heathrow, en Londres, donde durante el fin de semana los pasajeros se enfrentaron a retrasos y cancelaciones de vuelos.
Según las autoridades, el ataque se dirigió a sistemas de Collins Aerospace que brindan soporte y coordinación a varios procesos tecnológicos relacionados con la seguridad aérea y el mantenimiento de vuelos. La interrupción de estos servicios repercutió rápidamente en la cadena de suministro y en los procesos operativos, lo que provocó fallos en la conectividad aérea en varios países de la UE.
La noche del 23 de septiembre, empleados de la Agencia Nacional contra la Delincuencia del Reino Unido (NCA), junto con la unidad regional de lucha contra el crimen organizado del sureste del país, llevaron a cabo una operación en el condado de West Sussex. Como resultado, fue detenido un hombre de unos cuarenta años. Se le acusa de un delito relacionado con el uso indebido de sistemas informáticos. En el interrogatorio prestó declaración y, posteriormente, fue puesto en libertad bajo fianza con condiciones que limitan sus acciones durante la investigación.
El responsable de la unidad nacional de ciberseguridad de la agencia, Paul Foster, declaró que, aunque la detención fue un paso importante, la investigación se encuentra en una fase inicial y aún es prematuro sacar conclusiones definitivas sobre el alcance y los organizadores del ataque. Según dijo, el incidente demuestra cuán vulnerable es la infraestructura crítica frente a ataques dirigidos. Subrayó que la ciberdelincuencia sigue teniendo un impacto global, creando una amenaza para la seguridad y la estabilidad de sectores clave.
Las autoridades del Reino Unido consideran este caso no solo como una avería local, sino como parte de un panorama más amplio en el que las ciberamenazas afectan al transporte, la energía y la industria de defensa. Para Collins Aerospace, el incidente supuso una prueba seria, ya que la empresa presta servicio a decenas de aerolíneas y colabora estrechamente con organismos estatales en materia de seguridad aérea.