Casa lista en 24 horas: Charlotte, el robot perfecto para colonos.
En Australia se presentó un nuevo robot para la construcción llamado Charlotte. El desarrollo estuvo a cargo de las empresas Crest Robotics y Earthbuilt Technology. La máquina fue creada para abordar problemas en la Tierra relacionados con la escasez de vivienda asequible y, a futuro, se planea usarla también para la construcción de edificaciones en la Luna.
Charlotte es un gran robot hexápodo que combina robótica e impresión 3D. Según sus desarrolladores, el dispositivo puede imprimir una casa de 200 metros cuadrados en solo un día. Convierte directamente los materiales de origen en muros portantes, acelerando el proceso y reduciendo su costo en comparación con los métodos tradicionales de construcción.
Las tecnologías de construcción convencionales a menudo no dan abasto con la alta demanda: el elevado precio y los ritmos lentos agravan la crisis del mercado de la vivienda. Charlotte fue diseñado como un sistema totalmente autónomo destinado a la construcción rápida y a gran escala de viviendas. La estructura está equipada con un sistema de extrusión y compactación de Earthbuilt Technology que se fija en la parte inferior del robot. Este recoge materiales disponibles —arena, tierra, residuos como ladrillo triturado— y, mediante envolturas textiles, forma capas compactadas para las paredes. La metodología recuerda la técnica conocida como rellenado en sacos, en la que materiales sueltos se colocan en sacos o tubos y se apisonan para crear estructuras resistentes.
Además de su uso en la Tierra, los diseñadores consideran a Charlotte como candidato para la exploración lunar. En el marco de los planes de la NASA y otras agencias para crear bases permanentes en el satélite de la Tierra será necesario resolver el problema de la construcción. Los robots pueden asumir gran parte del trabajo pesado de levantar refugios e infraestructura. La estructura hexápoda recuerda a una araña y permite moverse de forma eficaz por terreno accidentado, lo que es importante para aplicaciones extraterrestres.
Se ha prestado especial atención al peso y la compacidad. En los lanzamientos espaciales cada kilogramo y centímetro cúbico de la carga útil son críticos. La estructura ligera y plegable de Charlotte facilita el transporte y ofrece un rendimiento máximo en volúmenes limitados. A diferencia de los clásicos impresores industriales 3D que requieren portales masivos, este robot se despliega in situ y utiliza el suelo local para imprimir refugios abovedados u otras construcciones en la superficie lunar.
Las empresas australianas se incorporan a la carrera mundial por desarrollar tecnologías de construcción espacial. Entre los líderes se encuentra la empresa estadounidense ICON, que trabaja con la NASA en el proyecto Olympus, un sistema para imprimir estructuras a partir del regolito lunar. Esa misma empresa fabricó el prototipo de vivienda marciana Mars Dune Alpha para las misiones terrestres de larga duración de la NASA. Otro participante es la estadounidense AI SpaceFactory, que ganó en 2019 el concurso NASA 3D-Printed Habitat Challenge y desarrolla impresoras y materiales basados en simulaciones del suelo lunar o marciano.