Caza con IA en la cabina: EE. UU. probó el YFQ-44A, capaz de elegir objetivos y tomar decisiones de forma autónoma

Caza con IA en la cabina: EE. UU. probó el YFQ-44A, capaz de elegir objetivos y tomar decisiones de forma autónoma

Nuevo dron compañero autónomo de la Fuerza Aérea de EE. UU. supera a la competencia en rapidez de desarrollo y preparación para el combate.

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La empresa estadounidense Anduril anunció la finalización del primer vuelo de su caza no tripulado YFQ-44A — una aeronave creada para participar en el programa dron compañero de la Fuerza Aérea de EE. UU. y destinada a operar junto a cazas tripulados o a ejecutar misiones de forma autónoma. El desarrollo se realizó desde cero hasta el despegue en 556 días, y la plataforma de software de la aeronave se centra no solo en el control de vuelo, sino también en el monitoreo del estado técnico, la planificación del mantenimiento y el mantenimiento de la disponibilidad operativa.

El YFQ-44A entró en la fase de pruebas de vuelo después de que en la pista apareció el prototipo General Atomics YFQ-42A en el marco del programa Collaborative Combat Aircraft. Representantes de la Fuerza Aérea y el fabricante coinciden en que una verificación rápida de la aeronave ayudará a elaborar requisitos reales, reducir riesgos y acelerar la incorporación de capacidades de combate al servicio. Los desarrolladores subrayan que la aeronave fue diseñada con el objetivo de aumentar de forma práctica la supervivencia y el poder de fuego en conjunto con aviones tripulados, así como para ejecutar misiones de manera autónoma.

Una característica clave de la plataforma es la autonomía incorporada: el software ejecuta el plan de misión, controla los mandos y la regulación del empuje sin intervención humana constante, permite el retorno a la base por orden del operador y supervisa el estado del sistema. Al mismo tiempo, el fabricante y el cliente enfatizaron que la aeronave no está pensada para el control manual remoto: opera en modo "operador en el bucle", cuando el control se mantiene a nivel de supervisión y toma de decisiones, y el pilotaje directo se confía a los algoritmos embarcados. Esta arquitectura posibilita la producción en masa de plataformas relativamente baratas con funciones autónomas, lo que, según los desarrolladores, es crítico para alcanzar las ventajas necesarias en el campo de batalla.

El marco de software de la aeronave realiza también tareas auxiliares: recopila telemetría, supervisa los recursos y el desgaste de los componentes, planifica el mantenimiento técnico y permite al operador evaluar el estado de la flota de aeronaves no tripuladas en tiempo real. La integración de estos servicios está destinada a simplificar la explotación de un parque de drones a gran escala y a reducir los costos de su mantenimiento, a la vez que mantiene la posibilidad de un cambio rápido de armamento y configuración según la misión concreta. Además, los desarrolladores subrayan que las decisiones detalladas sobre el conjunto de armamento y su integración se afinan durante pruebas de vuelo conjuntas y ejercicios tácticos.

Las pruebas del YFQ-44A se consideran una comprobación no solo de la aerodinámica y las cualidades de vuelo, sino también una validación en condiciones reales de los conceptos "humano más robot": la interacción entre la tripulación de un avión tripulado y el compañero autónomo, la asignación de tareas en tiempo real y la garantía de resiliencia conjunta frente a amenazas. La integración de la autonomía en las etapas tempranas de las pruebas, según los ingenieros de la compañía, permite centrarse en los problemas más complejos, ante todo en la fiabilidad de la toma de decisiones por parte de los sistemas embarcados y en la seguridad de su interacción con las personas.

El enfoque integral de desarrollo incluye también esfuerzos para crear tácticas y procedimientos para maniobrar en un entorno en red, el intercambio de órdenes y el apoyo logístico de la flota de aeronaves no tripuladas. El fabricante y los militares planean usar los datos de las pruebas de vuelo para ajustar los requisitos del programa y perfeccionar tanto el software como el hardware, con el fin de asegurar la disponibilidad operativa y la resiliencia de las soluciones ante cargas y amenazas reales.

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