La IA comienza a devorar empleos: en China crean un sistema donde los propios operarios entrenan al robot que los reemplazará.

La IA comienza a devorar empleos: en China crean un sistema donde los propios operarios entrenan al robot que los reemplazará.

China pone en juego la producción mundial y entrena un ejército de robots.

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La empresa china AgiBot de Shanghái desarrolló un método para enseñar a robots humanoides nuevas tareas de producción mediante una combinación de inteligencia artificial, telepresencia y aprendizaje por refuerzo. Esta tecnología ya se está probando en la línea de montaje de la corporación Longcheer Technology, que fabrica teléfonos inteligentes, cascos de realidad virtual y otros dispositivos electrónicos. El proyecto demuestra cómo los algoritmos modernos de IA amplían progresivamente las capacidades de las máquinas industriales y pueden cambiar el propio enfoque del trabajo físico en China.

Los robots industriales tradicionales suelen realizar tareas monótonas —trasladan cajas o mueven contenedores—, pero para ensamblar productos complejos, como un teléfono inteligente, se requiere precisión y adaptabilidad, cualidades fuera del alcance de la mayoría de las máquinas. AgiBot creó un sistema en el que una persona primero controla el robot a distancia, demostrando la secuencia de acciones. Con base en esos datos, el algoritmo de aprendizaje por refuerzo permite que la máquina luego domine la operación por sí misma. Este enfoque ayuda a acelerar el proceso: según el representante de la empresa Yuhen Feng, el software Real-World Reinforcement Learning necesita alrededor de 10 minutos para enseñar al robot una nueva tarea. Esto es especialmente importante en plantas donde los procesos tecnológicos cambian con frecuencia.

El entrenamiento de robots requiere recursos humanos significativos. En un centro creado especialmente, decenas de operadores controlan las máquinas de forma telemecánica, ayudando a los modelos de IA a adquirir nuevas habilidades. La empresa apuesta por una adaptación rápida: los robots deben ser capaces de ajustarse a condiciones de producción dinámicas, sin ceder en flexibilidad frente a las personas.

El fundador y principal investigador de AgiBot, Jianlan Luo, trabajó anteriormente en investigación avanzada en la Universidad de California, Berkeley, donde desarrolló métodos de aprendizaje de robots con participación humana. Ahora sus desarrollos han servido de base para una plataforma comercial orientada a líneas de producción reales.

Según Yuhen Feng, el robot AgiBot G2 que opera en la producción de Longcheer realiza operaciones sencillas pero importantes: extrae componentes de equipos de prueba y los coloca en la cinta transportadora. En esas tareas se requiere estabilidad y precisión, no la manipulación delicada de piezas frágiles, por lo que son ideales para la fase inicial de implementación de la tecnología.

AgiBot G2 en la línea de pruebas (AgiBot)

Un especialista estadounidense en robótica de la Universidad Carnegie Mellon, Jeff Schneider, considera que AgiBot emplea enfoques modernos que pueden garantizar una alta fiabilidad de la automatización. Señala que muchas empresas en todo el mundo también experimentan con el aprendizaje por refuerzo con fines de producción.

En el contexto del creciente interés de China por la combinación de inteligencia artificial y robótica, AgiBot se convierte en una de las empresas destacadas de la nueva generación. Desarrolla sus propios modelos de inteligencia artificial para distintos tipos de robots —desde humanoides hasta manipuladores mecánicos estacionarios.

La base manufacturera desarrollada sigue siendo una fortaleza de China, lo que le permite crear prototipos rápidamente, producir equipos a gran escala y proporcionar a los robots un flujo constante de datos de entrenamiento. Según los datos de la Federación Internacional de Robótica, en China hoy operan más robots industriales que en todos los demás países juntos. En el nuevo plan quinquenal, el gobierno hace hincapié en el crecimiento tecnológico con un enfoque en la IA y la robótica, lo que puede provocar una nueva ola de inversiones y la expansión del mercado de máquinas inteligentes.

Un empresario estadounidense del sector de la robótica admitió que teme menos a los competidores de EE. UU. y vigila sobre todo a las startups chinas, como AgiBot, que pueden establecer nuevos estándares de automatización.

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